El Sadar, uno de los santuarios del fútbol español que aún hoy sobrevive a la modernidad, está de fiesta. No es para menos, porque el equipo al que acoge, el Club Atlético Osasuna, certificó su ascenso a la Primera División el pasado lunes por la noche, sin jugar, y pese a que ya lo celebró en la calle, le falta hacerlo en su casa, donde habrá 18.000 almas y tendrá como invitada (17,00 horas, TVC) a la UD Las Palmas, que le rendirá homenaje con un pasillo lleno de reconocimiento, pero también de nostalgia.

Porque el cuadro amarillo anhelaba lo que ha conseguido su rival: la gloria de la máxima categoría. Lejos de eso, el equipo ha sido un sinvivir durante casi toda la temporada. Después de 19 fichajes y tres entrenadores, desaprovechó la oportunidad que le brindó el hecho de tener el segundo mayor límite salarial de la categoría, y ahora llega a la tres últimas jornadas sin nada puramente deportivo en juego, después de sellar la permanencia la semana pasada.

Por tanto, hoy, en Pamplona, lo que pase en el césped importa muy poco. Los rojillos, de su lado, tienen el aliciente de conseguir su decimosexta victoria consecutiva en casa, donde siguen invictos, y todo ellos mientras la ciudad vive un adelanto de los Sanfermines que están por venir. Los amarillos, del suyo, cuentan con un examen más para ganarse una plaza en la plantilla el próximo curso, porque tener un contrato en vigor, en el mundo del fútbol, no garantiza nada.

Como punto de partida de ese porvenir, tanto el presidente Miguel Ángel Ramírez como el técnico Pepe Mel se apresuraron esta semana a establecer, de cara al público, un objetivo pobre, la salvación, e incluso estimaron que el nuevo proyecto que se traen entre manos, en el que la cantera tendrá un papel fundamental, podría incluso dar el fruto deseado en tres o cuatro años.

El entrenador, de momento, no quiere apresurarse con los futbolistas del filial. Después de haber hecho debutar a Toni Robaina, Josep Martínez, Cristian Cedrés y Jesús Fortes, prevé dar la oportunidad a otros futbolistas, pero no será en El Sadar. Una vez concluida la temporada de Las Palmas Atlético, el madrileño citó a cuatro jugadores para participar en los entrenamientos del primer equipo, pero no incluyó en la convocatoria a ninguno de ellos: Carlos González, Kirian, Fabio y el propio Fortes.

Posibles cambios

Sí metió en la lista al portero Álvaro Vallés, pero porque Nauzet está lesionado, según desveló el propio Mel. Junto al meta grancanario, Aythami, que espera estar disponible para el próximo partido frente al Almería, es el futbolista de la UD que está de baja. Tampoco viajaron Peñalba, por sanción, ni Deivid, Dani Castellano y Srnic, descartados por decisión técnica. Blum y Mir, por su parte, ni siquiera entrenaron durante la semana y ninguno volverá a jugar de amarillo.

Los que regresan a la citación son Cala, Momo, Fidel y Pekhart, aunque ninguno, en principio, saldrá. Mel tiene pocas dudas en cuanto a la portería y la defensa, en las que prevé repetir los cromos de las últimas semanas. Tampoco cabría esperar variaciones en la delantera, donde Araujo y Rubén parecen haber empezado a congeniar.

Es en el centro del campo donde podría haber más variaciones, pero sólo por la confesión de Mel de que quería ver en acción a futbolistas que acaban contrato o que reclaman una oportunidad. En ese sentido, Momo y Maikel tendrían alguna opción de ser titulares. En frente, Jagoba Arrasate prevé repartir minutos entre los menos habituales. Incluso, citó dos filiales por las cuatro bajas con las que cuenta. Pero da igual, porque el partido será una fiesta. Y en ese jolgorio a la UD le toca hacer el pasillo.