David Rodríguez Deivid -717 minutos, diez partidos de Liga- analizó de forma categórica su temporada 2018-19 en la UD en el micrófono de la Canarias Radio La Autonómica. "Con todas las expectativas que había, tanto a nivel individual, como grupal; pues no fue lo esperado. Fue un año muy duro, sobre todo el último mes y medio, vas a entrenar sin la ilusión de competir por algo importante. Intentaremos en verano hacer borrón y cuenta nueva, afrontar la pretemporada desde el principio y que no vuelva a suceder".

Tilda sus números de "lamentables". "Es la realidad, hay que ser claro. Siempre para lo bueno y lo malo, hablo claro. En este curso, ni yo he estado a la altura, ni el equipo. A nivel individual no he podido estar al nivel, no sirve de excusa, pero no llegar bien al final te lastra. Ayer estaba hablando con Ángel López, y me decía que es lo peor, cuando no puedes competir por las lesiones. Hasta la jornada tres o cuatro no podía golpear bien el balón con la pierna derecha.Tenía mucho miedo porque había recaído dos veces de la lesión del tendón (...) Entrenaba a un ritmo por debajo y eso me fue lastrando. Cuando he jugado, hice buenos partidos, pero en otros, no estuve bien. Coincidió que no habíamos ganado, fue una temporada muy dura a nivel personal".

Insiste que "se me han juntado muchísimas cosas. Fue un año durísimo". Vuelve a hacer mención a su vertiente más íntima. Con contrato hasta junio de 2021, está dispuesto a bajarse el sueldo. "Hemos hablado todos con la dirección deportiva y el míster [sobre las rebajas]. Tengo dos años más, el dinero nunca fue un problema en mi carrera. Estoy dónde quiero estar, debo plantearme muchas cosas. No es fácil jugar en casa, al mínimo fallo, están pendiente de ti. Sabía que esto pasaría, pero se ha hecho más duro...Los temas personales me lo agravaron. Será cuestión de pensar las cosas; mi mentalidad es descansar, hacer una buena pretemporada. Que el míster decida...Puedo recuperar el nivel de Deivid de los últimos años. Tengo 30, parecía que este año estaba jubilado. Todo tiene que estar en mi cabeza".

Confía en demostrar la categoría que atesora y responder a la exigencia. Pero apostilla que "no sé que puede pasar. Depende de mi cabeza...Pero estar pendiente de si juego y fallo, estar siempre en el punto de mira no es fácil. No se puede evitar, ni quitar que soy el yerno del presidente. Cuando pasa cualquier cosa siempre es culpa mía, más allá que no he estado al nivel que esperaba, y lo admito. Es duro tener a mis padres en la grada. Tengo que plantearme muchas cosas; pelear un puesto desde el inicio. Si el míster, quiere que esté, estaré. No quiero estar otro año jugando diez partidos".

Ser Deivid no es fácil. Insiste el central, ex del Sevilla, Córdoba y Universidad, que ya "lo tenía claro desde mi presentación. No sería fácil, pensé que el año sería mejor y se olvidarían de mí. El día del Cádiz lo pasé muy mal; salí al descanso [fue sustituido en el 45' en el Gran Canaria] y fueron unas semanas muy duras. Me pasó lo del niño [fue padre hace dos meses]; se complicó todo. Se te pasan muchas cosas por la cabeza. Pero quiero demostrar que Deivid puede ser importante y que tengo mucho fútbol".