Uno más en la oficina. Christian Rivera está de vuelta. El asturiano, que tiene dos años más de contrato con la UD, ya está en Gran Canaria y se ejercita en solitario en las instalaciones de Barranco Seco, aunque no jugará en el equipo amarillo esta campaña. Al menos eso es lo que pretende la entidad, que lo incluyó en la lista de descartes por ser uno de los tres jugadores -junto a Araujo y Raúl Fernández- con la ficha más alta del plantel.

Peor no pudo salirle la jugada a la UD, que habría ingresado 1,5 millones de euros si el Girona, el equipo en el que estaba cedido, no hubiese perdido en la final de la promoción de ascenso contra el Elche. Como el club catalán no subió, Las Palmas no sólo dejó de recibir dinero, sino que tiene que buscar otra salida al jugador.

La entidad amarilla confía en poder cederle antes de que cierre el mercado, pero los futbolistas de Rivera no atraen: 13 partidos en dos equipos el curso pasado -el otro, el Leganés-.