La Provincia - Diario de Las Palmas

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El fallo, el VAR y los argumentos

El grave error de Javi Castellano en el gol del Sabadell y el desconcierto generalizado en cuanto a la utilización del videoarbitraje, tan ciertos como la debilidad de la plantilla

Pejiño, que volvió a jugar ayer después de tres meses y medio fuera por culpa de una doble lesión, dispara a puerta en la segunda parte.

Volvió a suceder. Otro error de bulto en la salida del balón desde atrás, otro gol en contra que supone una derrota. Si en Anduva fue Ale Díez el que falló, en el Gran Canaria lo hizo Javi Castellano. Dos pérdidas groseras, dos tantos y fin de la historia. Ese podría ser un resumen rápido y sencillo de por qué la UD Las Palmas volvió al lugar que le corresponde después de lograr un triplete inesperado frente a otros tantos aspirantes al ascenso –Espanyol, Mallorca y Leganés– y de sucumbir justo después ante dos rivales de su Liga: el Mirandés y el Sabadell. Pero hay mucho más.

Y que tiene que ver con cuestiones propias y ajenas, como la debilidad de una plantilla que cuando le faltan algunas piezas demuestras que no da más que para salvar la categoría, o el desconcierto generado por la utilización del VAR, con el que casi nadie termina de estar contento del todo porque básicamente no se sabe muy bien como funciona.

La supuesta falta que el portero Álex Domínguez cometió sobre el delantero Álvaro Vázquez cuando enfilaba la meta amarilla para marcar el 0-1 no habría generado discusión alguna si desde la televisión se hubiera apreciado con nitidez que el pie derecho del primero había impactado el del segundo. En tal caso, al haber contacto, la interpretación del colegiado, tal y como sucedió finalmente, habría sido válida.

Pero lo cierto es que ninguna imagen lo demostró con claridad –Domínguez asegura no haberle tocado–, por lo que, cuanto menos, cabría haber esperado del hombre sentado en Madrid, Ais Reig, hubiera propuesto a Iglesias Villanueva acudir al monitor para tomar una decisión tan trascendental con algún argumento más.

Al final, el portero de la UD fue expulsado y a partir de ahí, minuto 33, el cuadro amarillo desapareció por completo. La sensación de superioridad del Sabadell se acrecentó hasta que marcó el gol en el 68 después de un buen disparo cruzado de Juan Hernández, que convirtió el regalo de Javi Castellano en un castigo para Las Palmas. Uno más.

Ambas circunstancias, la expulsión y el fallo, son argumentos que pueden explicar el devenir de un partido, pero como también lo es que el cuadro catalán se mostró superior antes y después de la roja. Mejor posicionado, con tres centrales y dos carrileros, asfixió con su presión a Sergio Ruiz y la UD no carburó. La marca constante al cántabro en la creación de juego es algo que los rivales se han propuesto como misión a cumplir para desactivar al rival. Acabado el factor sorpresa, toca a Pepe Mel buscar soluciones.

Su apuesta por Clau Mendes, Benito Ramírez y Maikel Mesa, nefastos, habría sido del todo inexplicable de no ser porque, precisamente, existía un motivo: había poco más donde elegir entre los jugadores disponibles, lo que, por otra señala directamente al palco. Tras un buen equipo titular se esconde un pobre equipo suplente, hecho demostrado a lo largo de la temporada. Lo deslizó el técnico, que al menos recupera efectivos –Rober, Clemente, Loiodice– para la próxima cita.

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