El estratega grancanario, en silencio desde su salida de la ‘vela chica’ el pasado enero, se viste de corto para afrontar el derbi de las 32.400 almas. Late guerrero. «Soy honesto y quiero entrenar, pero no soy un trepa ni me muevo en las cloacas». Elogia a Pimienta y la frase de Viera. «La grada sí juega; es el futbolista número once».  

¿Por qué dejó el filial?

Me marcho porque interpreté que era lo mejor para el club en ese momento [13 de enero]. El equipo tenía una buena plantilla, destacados jugadores, pero les costaba asimilar criterios y parámetros. Fue entrando en una dinámica algo negativa en cuanto a algunos resultados. Estábamos a un punto de la salvación y a dos del noveno puesto. Pensé que un cambio le vendría bien a Las Palmas Atlético. Estuve cinco años seguidos en la competición y entendía que un cambio vendría bien. Tonono insistió que me quedase, la decisión la tomé yo. A pesar de que no habían buenos resultados, se completaron actuaciones notables. Tino Luis Cabrera trató de modificar cosas, hubo buenos partidos pero no le sonrío la suerte. Yo estaba convencido de que el equipo en la segunda vuelta mejoraría y escalaría puesto. Insisto, hay buenos mimbres. 

Los datos.Tres entrenadores, 61 goles en contra...Consumado el desastre deportivo del filial de la UD, ¿qué legado queda? ¿Le vale con los mimbres que han subido a la espera profesional como Coco y Cardona? No se aunó ‘platanitos’ y resultados.

Las dos cosas van unidas. La cantera funciona muy bien. Las Palmas Atlético no obtuvo los resultados esperados. Coco y Cardona se han asentado en la UD y cuando empiece una nueva pretemporada subirán más. Si tuviese en cuenta lo que ha realizado el filial, cambia la perspectiva. Es una trabajo de gran valía en un ciclo histórico de cinco campañas [entre la 2ª B y 2ª RFEF]. Si Rocco Maiorino decía que un jugador por año era un éxito, sobran palabras cuando analizamos a los Josep, Álex Domínguez, Álvaro Valles, Álex Suárez, Eric Curbelo, Cardona, Coco, Kirian, Fabio, Moleiro... Es de un valor incalculable. 

Flores a la factoría, pero hay muchos del filial que pasaron por la UD y luego se los tragó la tierra. Ha faltado criterio... 

Todos estuvieron implicados, aunque la dinámica negativa hizo que muchos no estuviesen al nivel que atesoran. No es cuestión de destacar a nadie, en esta temporada han hecho una buena campaña Elejalde o Joel. El primero buscando la verticalidad y el segundo porque imprime carácter y es polivalente. Si bien es cierto, hay que competir para estar en las mejores condiciones.

A día de hoy, ¿cómo queda su relación con Las Palmas?

El club se ha portado muy bien conmigo, tanto el presidente Miguel Ángel Ramírez como el vicepresidente Nicolás Ortega. Además, es presidente de filiales y es una figura clave. Jamás tuve contratiempo alguno, todo lo contrario, me demostraron con hechos su apoyo. Manuel Rodríguez Tonono [director de Formación] es el mejor en su puesto. Lo que hace con los medios que atesora es para hacerle un monumento.Es muy completo en gestión, captación y metodología. Es un tipo especial 

¿Y ahora qué? ¿Le gustaría trabajar en la Federación Interinsular con José Juan Arencibia [estuvo en el acto de la toma de posesión en la FIFLP]? ¿Va a seguir ejerciendo de técnico?

Soy entrenador; voy a seguir entrenando. He adquirido madurez y tengo la mente abierta. Soy un hombre de club, de departamento; no soy un trepa ni me muevo en las cloacas. Ante todo soy una persona honesta, de alma amarilla y entrenador.

¿Cloacas? ¿Eso por quién va?

Busque usted en la cloaca.

Puede ser más explícito.

Ni trepo ni busco amistades para atar soluciones. Ni tampoco a aquellos que le dicen a sus amigos lo que hay que comentar en internet. Ante todo, soy honesto.

¿Ofertas para entrenar?

Existen, pero busco proyectos reales pese a las circunstancias [contractuales] en las que estoy en la UD. Aquí también hay desafíos.

Confirma que sigue en la UD.

Así es. 

Llega el derbi de los derbis. El clásico de la pasión y la locura tras el 1-0 de la ida en el Heliodoro. Es buscar el pase a la final ante 32.400 almas y el eterno rival como el ‘Tete’. ¿Qué opina?

Las Palmas está haciendo muy buenas cosas. 

¿Mérito de Pimienta?

Sí, tanto de él como de Luis Helguera es una la labor impresionante y el equipo vuelve a generar ilusión. Es la gran reconciliación. Al Heliodoro viajaron 700 fieles para el derbi y te emociona. La UD, en el punto determinante del curso, dispara su masa social. Hay un cariño latente en la calle y amor por el escudo. Están en una línea muy buena y el ‘Tete’ encadenó tres derrotas. La formación tinerfeña es la mejor fuera de casa. ¿La derrota en el derbi? Lo que veo es que sin firmar nuestro mejor partido tuvimos ocasiones para ganar. Si se hubiese marcado al inicio con la ocasión de Viera que sacan bajo palos, el partido hubiese sido otro. Acaba un duelo y empieza otro. Estamos todos pendientes de la vuelta del derbi de hoy que es apasionante. No es remontar, es ganar. La UD ya se impuso en las dos partidos de Liga, pero ahora se trata de una eliminatoria. Vale ganar. El Eibar sufrió una expulsión y sostuvo la situación en el otro cruce. Todos los encuentros son distintos. Que Las Palmas se quede a cero en el Gran Canaria es poco probable...Aconteció ante Eibar, Burgos y Real B. Otro parámetro a tener en cuenta.

En el Heliodoro faltaron atributos. Agresividad o cojones. ¿No vio una UD conservadora?

Pimienta reconoció que el Tenerife le tendió una trampa dialéctica. Insistieron que la UD era el favorito. Las Palmas cuando entra de favorito le genera un déficit. Otro factor a estudiar. Cuando no van con la condición de favorito, rinden más. Si nadie piensa que le pueden ganar al líder, va y ganan. 

¿Qué opina de la arenga de Viera en el Heliodoro? El famoso ‘veo mucha fiesta aquí y 90 minutos en el Gran Canaria son muy largos’. En Tenerife lo consideran una provocación y un alegato a la violencia.

Viera trató de motivar, a partir de ahí, cada uno puede pensar lo que quiera. Esa fórmula motivacional tiene un lado positivo y otro negativo. El futbolista considera que se puede hacer. Visualiza el éxito. Es bueno tener confianza, lo que no es positiva es la euforia.

¿Qué pasará si se pierde?

No pienso en eso. 

Tampoco puede pensar en la muerte y termina llegando. 

Si piensa en eso, llega antes. Hay que crear energías positivas. Mantener el ‘sí crees’ es fundamental. La palabra ‘creencia’ va conmigo en todos lados.

Entonces si creo que voy a terminar un Ironman en El Teide lo conseguiré... 

Pese a que usted está algo pesado, lo podrá hacer y correrá kilómetros y kilómetros desde la creencia ciega en sus posibilidades como atleta. Le dará un plus.

Argumenta su club de fans que cada vez que perdía el filial, usted se alegraba...

Soy amarillo de corazón y nacimiento. He llorado y sufrido hasta fronteras insospechadas. Las Palmas me llevó al límite, no me alegro ni de una derrota del Alevín amarillo. No me preocupan esos términos. Es propio de gente de celos. Sé mi línea, soy de la UD, he estado en el primer y segundo equipo, así como en la cadena de filiales. Cuando juego es para ganar. Le repito, he llorado por la UD, he padecido. Fui al Heliodoro último [noviembre de 2007] y con un Tenerife mirando al ascenso. Lloré por esos 500 fieles amarillos en el estadio tinerfeño. No podía dejar que nos avasallaran. No me diga lo que no quiero escuchar. A palabras indeseables...

¿Y si hoy se gana 4-0?

Felicitaré a los aficionados. La grada es el jugador número once y no el doce como está considerado. Están en el terreno y su aliento enaltece. Participan de forma directa en el impacto del juego. Lo fundamental: creer en la victoria.