Cristian Herrera suma 10 temporadas en el fútbol profesional, ninguna de ellas en el equipo más representativo de su ciudad natal, Las Palmas de Gran Canaria. Si bien ha aparecido siempre en las listas de fichajes de la UD en los últimos años, nunca ha tenido la posibilidad real de vestir de amarillo. Es, de alguna manera, un clásico en los veranos de Las Palmas. Y ahora, enrolado en las filas de la UD Ibiza, aparece nuevamente como la amenaza principal del rival del cuadro amarillo.

Y lo hace, además, después de estrenarse como goleador esta temporada el fin de semana pasado en el choque que su equipo ganó al Lugo (3-2), precisamente el club del que procedía. El isleño hizo dos de los tres tantos del conjunto de Javi Baraja y rompió por fin una sequía de siete jornadas sin ver portería. Pese a ello, el técnico le considera indiscutible en la delantera, tanto que ha disputado todos los minutos del campeonato salvo 14, correspondientes a la cita de El Molinón hace 15 días.

Y la apuesta tuvo su premio en forma de dos goles que sirven al jugador como estímulo para asaltar el Gran Canaria y marcar por primera vez en la Isla. De hecho, en las ocho ocasiones que se ha medido con la UD, sólo en una de ellas consiguió ver portería. Lo hizo, además, por partida doble.

Fue el 9 de diciembre de 2018, cuando el Lugo goleó al cuadro dirigido entonces por Paco Herrera (4-2). Aquel día frío en el Anxo Carro Herrera firmó dos tantos, uno de penalti, que ayudaron a su equipo a salir victorioso. Las Palmas, por su parte, era un grupo son supuestas estrellas en la categoría –Rubén Castro, Mantovani, Fidel, Cala, Timor...–, pero sin alma después de la destitución de Manolo Jiménez, al que echaron cuando el equipo estaba en puestos de playoff.

El cambio de entrenador no surtió efecto y luego llegaría un nuevo cambio de inquilino en el banquillo con la llegada de Pepe Mel, y Herrera fue sólo uno más de los que contribuyeron a evidenciar el declive amarillo.

Sin embargo, en los siete duelos siguientes nunca logró perforar la portería de la UD. Siete partidos en blancos que, unidos a su desquite del pasado domingo, le suponen un extra de motivación para su quinta visita a la Isla, la segunda con el Ibiza.

Dos delanteros

Lo normal es que Baraja no toque lo que le funcionó ante el conjunto gallego y mantenga a Ekain y no a Darío Poveda como compañero de batalla de Herrera en el ataque. Lo que es inamovible es el 4-4-2, por lo que, salvo sorpresa, el grancanario y otro más serán los encargados de tratar de batir a un equipo que hasta el sábado pasado había encajado un gol en siete partidos –en Miranda de Ebro recibió tres–.

El delantero no ha desmentido nunca su deseo de jugar alguna vez para el equipo de su tierra, sin embargo, nunca se han dado todas las condiciones, fundamentalmente por el caché del que goza en la Segunda División e inasumible en algunos tiempo por la entidad amarilla.

El curso pasado, ya con el Ibiza, marcó 11 goles, y en los cuatro anteriores logró 31 con el Lugo. Antes, en las filas del Girona, sumó siete en dos campañas, y antes todavía, cuatro en Primera División con el Elche (2013-15). Pero de ellos, sólo dos han sido contra Las Palmas. Aún así, es la principal amenaza amarilla.