Dejar el café: ¿cómo hacerlo sin sufrir?
Abandonar el café de un día para otro puede traer consigo más que simples antojos de cafeína, especialmente si se ha sido un bebedor asiduo durante años
Abandonar el café de un día para otro puede traer consigo más que simples antojos de cafeína. Según la revista médica de Harvard, deshacerse de la cafeína repentinamente puede desencadenar dolores de cabeza, irritabilidad y fatiga, especialmente si se ha sido un bebedor asiduo durante años.
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El secreto para minimizar estos efectos y hacer el proceso menos traumático radica en reducir el consumo gradualmente, afirman expertos.
El Dr. Michael Miller sugiere que el café descafeinado puede ser un buen aliado en esta transición, aunque el cambio no debe ser abrupto, ya que reducir al 50% de golpe equivaldría a dejarlo por completo.
La estrategia recomendada implica reducir el consumo de cafeína entre un 10 y un 20 por ciento cada varios días. Este enfoque permite que el cuerpo asimile gradualmente la disminución de cafeína, evitando un shock repentino.
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Reducción progresiva
Si bien tomará algunas semanas completas para abandonar por completo la cafeína, este método también es útil para aquellos que desean reducir su consumo sin eliminarlo por completo. Por ejemplo, si solías tomar 5 o 6 tazas al día, reducir progresivamente a solo un par resulta más manejable.
Una estrategia práctica es reemplazar una taza de café regular por una descafeinada cada varios días. Así, después de algunos ajustes, se puede terminar con solo la primera taza de la mañana, o la preferida.
Si dejar o reducir el café es tu objetivo para el nuevo año, este método gradual podría hacer que el 2024 sea el año en que finalmente lo logres.
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