¿Metes los plátanos en la nevera para que se conserven mejor? Estos son los consejos para que no se pongan negros tan rápido

En una sorprendente revelación que desafía décadas de sabiduría popular, se ha descubierto que los plátanos pueden, de hecho, encontrar refugio en nuestras neveras sin temor a convertirse en abrumadores tonos de negro. La creencia común de que los plátanos deben permanecer fuera del frío ha sido cuestionada por la comunidad científica y los amantes de esta fruta tropical.

Durante generaciones, hemos seguido la regla no escrita de mantener los plátanos fuera de la nevera, guardándolos en fruteros o colgándolos en ganchos, con el temor de que si se atreven a cruzar la puerta fría, "se pondrán negros" en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, la cruda realidad es que los plátanos pueden cambiar de su estado óptimo a una textura blandengue en un abrir y cerrar de ojos, especialmente durante los abrasadores veranos.

Este dilema es particularmente común para aquellos que viven en regiones con veranos implacables, como es el caso de Canarias, donde las temperaturas no dan tregua ni siquiera durante la noche. Y parece que esta situación podría volverse cada vez más común en otras partes del mundo. A pesar de que podemos encontrar formas creativas de utilizar los plátanos demasiado maduros en diversas recetas, no debemos renunciar a disfrutar de esta fruta en su punto justo sin tener que comprarlos justo el día en que planeamos consumirlos. La nevera, en este caso, podría convertirse en nuestra aliada inesperada.

La explicación

¿Por qué tiene sentido poner los plátanos en la nevera? Si lo analizamos con calma, nos daremos cuenta de que no hay una razón lógica para evitar que los plátanos se enfríen. Después de todo, refrigeramos muchas otras frutas, incluidos los tomates, sin pensarlo dos veces. Entonces, ¿por qué no extender este favor a los plátanos?

La explicación está relacionada con el hecho de que los plátanos, al igual que otras frutas tropicales como el aguacate o el mango, son frutas climatéricas. Esto significa que continúan madurando después de ser cosechados, por lo que generalmente se recolectan un poco verdes para permitir el transporte y la venta sin que maduren prematuramente antes de llegar a manos del consumidor. Los plátanos no son una excepción; es por eso que a menudo llegan a las tiendas en su fase verde. La cuestión radica en cuánto tiempo transcurre antes de que se vendan o en las condiciones de almacenamiento en la tienda.

Entonces, ¿qué hacemos cuando un aguacate está perfectamente maduro pero no lo vamos a consumir de inmediato? Lo colocamos en la nevera. Lo mismo deberíamos hacer con los plátanos. Es una solución simple que ralentiza el proceso de maduración, otorgándonos varios días adicionales para disfrutar de ellos antes de que se vuelvan inservibles.

Es importante destacar que no debemos colocar los plátanos en la nevera inmediatamente después de comprarlos, a menos que estén exactamente en el punto de madurez que deseamos. La mejor práctica es adquirirlos cuando están un poco verdes, dejarlos en el frutero a temperatura ambiente y llevarlos al refrigerador una vez que hayan alcanzado la madurez deseada, o casi.

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El momento preciso para hacer este traslado depende de las preferencias personales. Todos los plátanos que se comercializan están listos para el consumo, pero la elección está en nuestras manos. Los plátanos verdes y firmes tendrán una textura más sólida y un sabor menos dulce, mientras que aquellos con la piel amarilla y manchas oscuras, que ceden al tacto, ofrecerán una pulpa más suave, cremosa y aromática, con un sabor más dulce y un contenido de azúcar ligeramente superior.

Depende de cada uno de nosotros decidir cuándo meter los plátanos en la nevera. Si queremos detener su maduración, la nevera es el camino a seguir, preferiblemente en el cajón especial para frutas o en la zona menos fría para evitar la emisión de etileno por parte de otras frutas y verduras. Aunque la piel pueda oscurecerse, el interior del plátano se mantendrá fresco durante varios días más.

Es importante recordar que antes de consumir un plátano que ha estado en el refrigerador, es recomendable dejarlo atemperarse un poco, ya que si está demasiado frío, podría perder parte de su sabor y textura. Y si resulta que un plátano se ha pasado de maduro, siempre podemos pelarlo, cortarlo en trozos y congelarlo para futuras preparaciones dulces o utilizarlo directamente en la elaboración de helados saludables o bizcochos caseros. El mundo de las posibilidades con los plátanos se ha ampliado, y la nevera ha demostrado ser una aliada valiosa en la lucha por mantenerlos en su punto justo.