En el Miami de los años 90, Daniel Lugo y Paul Doyle son dos amigos que entrenan muy duro en el gimnasio. Debido a su profesión como culturistas dedican más tiempo a atender su cuerpo que a cualquier otra faceta que suponga un esfuerzo mental. Además, no se puede decir que sean un ejemplo a seguir en conducta, ya que se ven involucrados en varios delitos que incluyen tráfico de esteroides, extorsión o secuestro. Los verdaderos problemas surgen a partir del rapto de un empresario adinerado que termina complicándose y que pone a Daniel y a Paul en un serio peligro.