Guaguas y Soria han brindado este mediodía entre los muros del Centro Insular de Deportes uno de esos partidos para la historia, al que no le ha faltado nada, incluido el final feliz que ha llevado a los amarillos a poder coronarse por tercera vez en su historia -segunda desde su refundación- como campeón de la Supercopa.

Más allá del brillante juego exhibido por los dos equipos durante toda la final, es imposible no colocar el prisma sobre el duelo que han ofrecido el italiano Paolo Zonca en el bando amarillo (23 puntos) y el portugués Bruno Cunha (24 puntos), en el celeste, que se han erigido en el héroe y el villano de la función, con los roles cambiados para sus respectivos entrenadores.