Eran más de las dos de la mañana cuando la hermana de Inmaculada Peña fue a despertarla. Acababan de sentir un estruendo que hizo retumbar la casa, son de San Cristóbal y están acostumbrados a escuchar el ruido de las olas, pero nada comparable a lo de esta vez. «Bajamos las escaleras y me encontré la ventana de la cocina flotando en el salón», explica, «el agua reventó la puerta de la calle y la ventana, tenía como medio metro dentro». La marea le entró por los dos lados de su casa, tanto por el que da al paseo como el que da a la calle Timonel. Un brutal oleaje engulló este miércoles el barrio marinero de Las Palmas de Gran Canaria dejando destrozos y casas anegadas a su paso, y lo hizo por partida doble.