El interés por la ecología y el cuidado del medioambiente está motivando a muchas personas a fomentar el crecimiento de plantas y flores en su casa. La inmensa mayoría, sin embargo, se encuentra con un problema clave, la falta de espacio.

A mí misma me ha pasado, he intentado tener mi propio pequeño jardín pero entre la tierra, las macetas y el agua me era completamente imposible ya que no tengo ni siquiera un balcón donde dejarlo.

Por suerte, ante este obstáculo se están ofreciendo soluciones alternativas y creativas, que subsanan el problema con un resultado muy atractivo, los jardines verticales. Te cuento en qué consisten.

Un jardín vertical es una estructura que no ocupa demasiados centímetros de ancho, que crece de forma vertical conforme le colocamos módulos, uno encima del otro. No utiliza tierra, sino sustrato perlita, que he podido saber que se trata de un sistema aprobado para la agricultura ecológica. Así que no sólo nos ahorramos el cuidado y la limpieza de la tierra tradicional, sino que además elegimos una opción ecológica.

Como tienen un diseño neutral de color blanco, prácticamente encajan en cualquier tipo de diseño interior. Yo lo he combinado con uno moderno y el resultado es fantástico. Por supuesto, depende también de lo que escojas.

Al tratarse de un sistema sin fertilizante ni bomba de recirculación, lo más recomendable es optar por flores, plantas ornamentales o plantas aromáticas. Un rosal o unos geranios son una apuesta segura. Si prefieres algo aromático, la combinación de tomillo, perejil y estevia te dará un toque "salvaje" a tu jardín vertical. Muy atractivo.

Como he dicho, los jardines verticales crecen hacia arriba con módulos. Pero es que además cada uno de estos módulos es independiente, así que podemos combinar flores con plantas ornamentales y tener un verdadero jardín heterogéneo, que no nos ocupará más espacio a lo ancho por mucho que lo hagamos crecer.

Y, por último, el mantenimiento. Para mí lo más importante porque no tengo demasiado tiempo libre. Un jardín transmite la idea de un jardinero dedicando todas las horas de sol para su cuidado. Estos jardines verticales, en cambio, no requieren demasiada atención si no deseas estar todo el día con él (yo sencillamente no podría).

Gracias a un visualizador que tienen exterior, podemos ver cuándo es necesario regar cada módulo y en qué medida. El sistema está preparado para hacer regular el riego y los nutrientes de la mejor forma, para que las plantas y flores crezcan sanas y se muestren en todo su esplendor. Es el jardín perfecto que siempre quería tener en casa.