Unas conversaciones telefónicas interceptadas en 2008 dentro de la trama de corrupción urbanística conocida como caso Arona han puesto al descubierto un presunto tráfico de influencias cometido por el presidente de Canarias, Paulino Rivero, al solicitar trabajo para un familiar suyo al alcalde de ese municipio tinerfeño.

Según informó el abogado Juan Manuel Fernández del Torco en una entrevista concedida a Mírame TV, Rivero llamó por teléfono al alcalde de Arona, José Alberto González Reverón, para pedirle que diera trabajo a una sobrina suya en la Policía Local de ese municipio. Del Torco confirmó ayer que tiene en su poder la transcripción de esa conversación, aunque no quiso facilitarla. Lo único que desveló es que el presidente preguntó al alcalde si se estaban llevando a cabo oposiciones a la Policía Local de Arona con el objetivo de facilitar a su sobrina la incorporación a ese cuerpo de seguridad.

Para Del Torco, la petición de Paulino Rivero es un caso de tráfico de influencias que podría ser investigado por la Fiscalía Anticorrupción. De momento, "ya está en manos de la autoridad judicial", puesto que pertenece al caso Arona, dijo.

En todo caso, desde la Policía Local de ese municipio informaron que entre las diez personas que superaron las oposiciones de 2008 hay una mujer cuyo segundo apellido es Rivero, pero no es familiar del presidente. Su sobrina quedó en el puesto 20 de las pruebas, por lo que no ganó ninguna de las diez plazas que se adjudicaban en la oposición.