El político isleño, del PP, visitó Bata y Malabo con una delegación empresarial en busca de negocios. El jefe del Ejecutivo español aún no lo ha hecho y a Obiang no sólo le parece mal. También le parece absurdo.

La ex colonia española nada en la abundancia desde hace 20 años, cuando comenzó a explotar todos los recursos minerales que existen en el golfo de Guinea. La riqueza del gas y del petróleo propició entonces que China, Francia o Estados Unidos pusiesen sus ojos en esta república de menos de dos millones de habitantes. España miró hacia otro lado y perdió la oportunidad de instalarse en el país centroafricano, puerta de entrada además a otros mercados emergentes del continente negro. "Es algo que nunca he podido llegar a comprender", manifestó Obiang, al tiempo que ofrecía a los empresarios isleños la posibilidad de crear negocios en la nación. "Tendréis un trato preferencial", anunció el mandatario en una recepción en el palacio presidencial de Bata.

La amabilidad con la que Obiang ha tratado a la delegación canaria, y sobre todo a Soria, ha sido toda una sorpresa que ha provocado ya la reacción de algunos dirigentes del PSOE en el Archipiélago. "Es curioso que Soria se postule como el gran inquisidor de las dictaduras del Cono Sur latinoamericano y luego se saque la foto con el presidente Obiang", criticó el portavoz socialista Santiago Pérez. La respuesta de José Manuel Soria no se hizo esperar: "Hay que ser muy imprudente y un poco ignorante para adoptar esta postura despreciativa con Guinea", replicó. Tampoco se quedaron callados los ecuatoguineanos, hartos de que desde España se cuestione a un presidente que se hizo con las riendas del país en 1979, tras derrocar y fusilar a su tío Francisco Macías.

LOS PERJUDICADOS. "Estamos hastiados de la mala prensa que tenemos en España", espetó el primer ministro Ignacio Milán, quien advirtió de que esta postura sólo perjudica a los españoles. "Lo que se está haciendo es espantar a posibles inversores", señaló, "pero lo único que consiguen es que sean otros los países que se aprovechan de la riqueza que nosotros ofrecemos", subrayó.

Los desencuentros entre Malabo y Madrid no son nuevos. El presidente africano salió escaldado de la última visita que realizó a España, donde varios diputados boicotearon su visita al Congreso. También le molestaron las declaraciones del ministro Miguel Ángel Moratinos, que visitó Guinea Ecuatorial el pasado mes de julio y cuestionó el talante del mandatario africano. Obiang respondió irónico y lamentó que Zapatero aún no haya visitado este país que hasta 1968 fue colonia española. A las autoridades ecuatoguineanas les llama la atención que el presidente español viaje a otros países africanos de habla francófona y anglófona en lugar de ir a Guinea, donde el idioma oficial es el español.

"Son más las cosas que nos unen que las que nos separan", subrayó Milán, quien insistió en animar a los canarios a compartir la riqueza de esta república clave en el suministro de petróleo. "A pesar de todos estos agravios, Obiang sigue tendiendo la mano a España para que podamos hacer negocios", declaró Soria antes de regresar a Canarias, donde tratará de animar a los empresarios para que apuesten por Guinea. En Guinea Ecuatorial está El Dorado, concluyó el vicepresidente canario.