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El desafío catalán Residentes canarios

"Estamos desesperados"

Una familia de Gran Canaria que reside en el cuartel de la Guardia Civil de Igualada vive con "miedo" el referéndum de independencia por las amenazas que recibe por ser del cuerpo

"Estamos desesperados" LA PROVINCIA / DLP

Yurena Ramos (nombre ficticio) reside en el cuartel de la Guardia Civil de Igualada junto a su marido, miembro de este cuerpo, y sus dos hijos de corta edad. Son de Las Palmas de Gran Canaria y tienen "miedo" por las continuas amenazas que reciben de independentistas. Por eso no quiere dar su nombre real pero sí relatar el infierno que viven en este pueblo de Barcelona simplemente por pertenecer a la Guardia Civil, lugar al que les "obligaron a venir" después de aprobar las oposiciones. Desde ayer está encerrada en el cuartel y ha decidido no llevar a sus hijos al colegio, donde, como otros niños de agentes, reciben insultos por la labor que desempeñan sus padres, afirma. El pasado miércoles se produjo la gota que colmó el vaso.

Un centenar de menores de entre 14 y 16 años que salían de los institutos, ataviados con la Estelada, bandera independentista catalana, cercaron la casa cuartel y, alentados por sus maestros, tiraron huevos a la fachada, rompieron un macetón y en catalán empezaron a gritar una y otra vez: "Vamos a identificar a todos los que están dentro para perseguiros por la calle, insultaros, agrediros y rayaros los coches". Así lo cuenta Yurena que regresaba de buscar a sus hijos del colegio y no pudo acceder a su domicilio porque los Mossos d'Esquadra acordonaron la calle y, según la grancanaria, no movieron un dedo para detener las acciones de los jóvenes exaltados. Desde ese momento decidió quedarse en su vivienda y no mandar a los niños a la escuela.

"Estamos desesperados. Aquí nos conocen y ya nos han perseguido por la calle hasta la entrada de nuestros trabajos diciéndonos: fuera de aquí, este es nuestro país, la Guardia Civil muerta", explica con frustración. "A mí me da igual que se independicen o no; nosotros no queremos estar aquí sino volver a nuestra tierra pero no lo podemos hacer porque no hay plazas", recalca. Su marido trabaja el domingo, el día del referéndum de independencia, y tiene "miedo; esto va a ser una guerra campal", vaticina, "y sin el apoyo de los Mossos", sostiene.

Óscar Goyes, de 24 años, no vive el conflicto de Cataluña tan de cerca como ella. Es de Las Palmas de Gran Canaria, piloto comercial de aviones y lleva once meses en Barcelona. Cuenta que el ambiente está bastante "tenso" en la ciudad y lo peor que lleva son "las caceroladas de la gente simpatizante, todas las noches a las diez; desde la ventanas de sus casas sacan calderos y les dan golpes durante quince minutos". El problema es que se levanta a las cuatro de la madrugada para ir a trabajar. No es residente y no tiene "ni voz ni voto", y si bien no le gustaría que los catalanes se independizaran es su decisión, y puede darse un voto de "odio, porque desde el Gobierno de España no han sabido hablar y sí reprimir y más con la llegada de los 5.000 policías que se alojan en el barco Piolín". El domingo trabaja, así que estará fuera.

Nica Torres, de 42 años, de Las Palmas de Gran Canaria, es ilustrador de moda y lleva 15 en Barcelona. Su entorno de amigos no son catalanes de nacimiento, sino de otros países o partes de España, y viven el proceso de referéndum con cierta "distancia", pero se nota el ambiente "más tenso". En los dos institutos que da clases se producen conversaciones entre los estudiantes y "hay enfrentamientos en los posicionamientos pero siempre desde la cordialidad", precisa. "Por la calle, de repente, ha cambiado el paisaje y se ven a muchos grupos de gente joven vestidos con banderas catalanas puestas como capas", aunque él "nunca" ha tenido "miedo". El domingo hará vida normal.

Charlie Moreno, de 39 años, de la capital grancanaria, reside en la Ciudad Condal desde hace once años. Es un reputado bajista y productor, lleva tres años en la banda que acompaña a David Bustamante de gira y tiene un grupo propio que se llama Powafunk. "Tanto por parte del Gobierno central como de la Generalitat sólo buscan sus intereses electorales" porque esta situación "no lleva a nada", condena. No obstante, considera que desde el Gobierno del PP "se ataca a la Democracia y se están tomando medidas desproporcionadas, que están vulnerando los derechos de los ciudadanos, como el control de los Mossos, lo que no se hizo en tiempo de ETA con la Ertzaintza". "Me parece una actitud humillante y vejatoria, pero ambos gobiernos son incapaces de encontrar una solución política", precisa. "La gente debería tener derecho a decidir, otra cosa son las formas del Gobierno catalán que no son las más adecuadas". El domingo tiene concierto y vivirá la jornada con normalidad.

Aránzazu del Castillo, de 28 años, natural de Tenerife, es psicóloga y lleva tres años en Barcelona. "El ambiente es intenso, pero se da una imagen totalmente distinta a la gente de fuera que ve la situación con miedo y amenaza y aquí se percibe de otra forma: es algo muy sentido y las manifestaciones son familias, y gente luchando por un derecho". "Lo que buscan es el derecho a votar y a decidir", al margen o no de la independencia, recalca.

Óscar Mayer González, de 22 años, de la capital grancanaria, lleva dos años en Barcelona y es jefe de partida en un restaurante en Sant Pol de Mar. "Con lo que está pasando están coartando la libertad y el derecho de decidir", afirma. "Están dejando a España sin policías por un derecho humano a decidir seas catalán o de otro lugar", argumenta. El domingo quedará con sus amigos y verá el partido de la UD Las Palmas que juega precisamente ese día contra el Barcelona en el Camp Nou.

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