En apenas cinco días será elegida la reina del Carnaval 2013 dedicado al Gran Baile de Máscaras, unas fiestas, las más importantes de ciudad por afluencia de público y trascendencia mediática, que este año se caracterizan por el recorte presupuestario y la dispersión de eventos fuera de Santa Catalina.

Pese a los cambios, o gracias a ellos, el alcalde Juan José Cardona está convencido de que estos serán los "mejores carnavales en muchos años" y apuesta por su éxito. Lo dijo en la presentación de los actos oficiales hace diez días, la segunda presentación ya que los numerosos cambios introducidos en el programa desde su primera presentación en septiembre pasado, obligaron a hacer una nueva puesta en escena.

En septiembre la concejal María Isabel García Bolta anunció que el Carnaval volvía a La Isleta con chiringuitos y mogollones en la plaza de La Luz. Tres meses después la realidad era bien distinta. La Isleta no acogería fiesta nocturna ni chiringuitos. De hecho, la organización oficial no va a montar ni mogollones ni chiringuitos este año salvo tres junto al escenario. La fiesta se deja este año en manos de organizadores privados que, aseguran, garantizan el libre acceso público a sus recintos como si del parque Santa Catalina se tratara.

Esta diáspora, obligada por las sentencias judiciales y los vecinos molestos por el ruido, hará que por primera vez desde que existen los chiringays se distancien del resto de ventorrillos a más de dos kilómetros y medio. Los bares gays se han instalado en las terrazas Tao y La Sal buscando una ubicación mejor que la que le ofrecía la organización.

El resto de chiringuitos se reúnen en lo que el Ayuntamiento ha llamado Carnaval On, un espacio de 25.000 metros en torno a la plaza de la Música que estará cerrado por vallas, otra novedad en las celebraciones carnavaleras de esta ciudad. Aquí es una empresa privada la que ha negociado precios y alquileres con los empresarios interesados para montar 40 chiringuitos. Sus exigencias han llevado a que los universitarios que montaban una veintena de ventorrillos otros años se queden en sólo seis chiringuitos esta vez.

La ubicación de la fiesta más multitudinaria en una de las salidas naturales de la ciudad hacia el Norte ha obligado al Ayuntamiento a tomar medidas drásticas como el cerrar el paso a los coches particulares que quieran entrar en Guanarteme los días de fiesta que empiezan el 8 de febrero. Fiestas en las que, también por primera vez, no se va a oír la música de salsa tan típica del Carnaval y se sustituye por conciertos en directo de grupos canarios de pop y rock.

Este año se suma a la celebración carnavalera el Mercado del Puerto y su entorno, en el que se va a montar un mercadillo de artesanos. El Ayuntamiento quiere concentrar en este emplazamiento el Carnaval de día, la fiesta más tranquila, la que disfrutan las familias con sus niños tomando un aperitivo en los nuevos bares del mercado o comprando algún artículo en el mercado cercano. Sin borracheras y sin grandes estruendos y con la medianoche como toque de queda.

Este nuevo escenario carnavalero es el más cercano al epicentro habitual del Carnaval, el parque Santa Catalina, que este año volverá a ser la sede de todos los actos oficiales que se realicen en el escenario pero del que habrá que huir con el bono guagua o a pie si los espectadores se quieren tomar algo tras ver alguna de las galas. El destierro judicial de los chiringuitos a más de dos kilómetros del Parque convertirá la antigua zona de marcha en casi un desierto pasada la medianoche. Reinas, drags, murgas, comparsas y mascaritas tienen su hueco reservado en el escenario del Parque.

Otros escenarios del Carnaval de este año serán la plaza de La Feria, de la que saldrá, en dirección opuesta a la habitual, la Gran Cabalgata; o las calles de Vegueta, en las que se celebrará el Carnaval de Ayer al mediodía; y el barranco de Guiniguada que un año más acogerá los polvos talco de los indianos. El Ayuntamiento ha previsto también tres pasacalles en barrios como San José, Schamann o Tamaraceite para que la fiesta se disfrute en otros distritos alejados de la zona baja de la ciudad.

Este es también el Carnaval de la tijera presupuestaria con una partida de 1,2 millones, un 45% menos que en 2011. Estos recortes han obligado a la organización a hacer verdaderas filigranas para ofrecer espectáculos de calidad en sus galas más importantes al no disponer de dinero suficiente para pagar los cachés de artistas nacionales que den relumbrón a la celebración oficial. Con la cartera casi vacía, el Ayuntamiento ha echado mano de la buena profesionalidad de la gente de la tierra que en forma de cantantes o presentadores coparán casi todas las galas y concursos oficiales del Carnaval de este año. Muy lejos suenan ahora aquellas noches con Paulina Rubio, Gloria Gaynor y Marta Sánchez sobre las tablas del escenario de Santa Catalina.

Cardona se muestra muy confiado de que todos estos cambios, ya sean por exigencia presupuestaria o judicial, van a oxigenar la fiesta. El público le dará o quitará la razón el 18 de febrero.