Betancuria, la Villa Histórica de Fuerteventura, celebró ayer con numerosos vecinos, turistas y mascaritas el primer Carnaval de Día dedicado al Mundo de los Sueños. Una fiesta que arranca con el objetivo de convertirse en una cita de referencia en el Carnaval de Fuerteventura para que acudan vecinos de toda la geografía insular. "Somos el municipio más antiguo de la Isla y menos poblado de Canarias y queremos que nuestro Carnaval sea único, unido a nuestro patrimonio. Además queremos que sirva para transmitir cultura, diversión y costumbres a los numerosos visitantes nacionales y extranjeros que recibimos cada día", explicó el concejal de Festejos de Betancuria, Enrique Cerdeña.

Las familias de la Villa lo disfrutaron a lo grande con muchos niños disfrazados de personajes animados, y con grupos de residentes de todas las edades. Una fiesta que supuso un verdadero encuentro vecinal con familiares de los pueblos cercanos, como El Valle y La Vega, para disfrutar del primer encuentro carnavalero diurno.

"Otros años hemos festejado diferentes actos por la noche, pero comprobamos que no tenían éxito por el intenso frío reinante y la escasa participación, así que apostamos por un Carnaval de Día con música y alegría durante toda la jornada", agregó el edil.

El pasacalle arrancó a las once de la mañana con la batucada 'Al son de todos' por los aledaños de la Plaza y luego actuaron las murgas invitadas de Puerto del Rosario Perreta y Punto, Quintillos.com, Las Revolucionadas, Rompe y Raja y otros grupos invitados.

Aunque el municipio no cuenta con ningún grupo carnavalero, muchos habitantes quieren formar una comparsa o una murga para que sean los propios vecinos los que organicen, disfruten y animen esta actividad. "Creo que Betancuria es un municipio muy comparsero, pero hemos tenido muchas dificultades para formar grupos porque muchos jóvenes salen fuera a estudiar y los residentes todavía no han trabajado lo suficiente para conseguirlo, pero es una cuestión de tiempo y seguro que salen ", afirmó Cerdeña.

Una fiesta que se vivió con alegría y buen humor en las calles de Betancuria, donde incluso el viento amainó, y el sol y el calor contribuyeron a realzar estos festejos. A mediodía se ofreció un almuerzo con un caldero de garbanzas para que las mascaritas entraran en calor y disfrutaran de este baile tan familiar y donde reina un ambiente agradable.

Al finalizar las actuaciones musicales se celebró el entierro de la señora sardina y el último desfile antes de su quema por los alrededores de la Plaza Santa María. Una jornada que contó con la presencia masiva de cruceristas que desembarcaron en el muelle de Puerto del Rosario, y visitantes alojados en la zona Centro y Sur de la Isla.