Apenas seis años después de que naciera el Carnaval de Maspalomas y por iniciativa de una comisión nombrada por Pleno del Ayuntamiento de San Bartolomé, se reinventa a sí mismo y se le da un giro de 180 grados respecto a cómo fueron sus inicios en 1980. Aquella comisión que transfiguró el Carnaval estaba compuesta por políticos, algunos funcionarios, empresarios y ciudadanos pertenecientes a asociaciones y colectivos, como Genaro, Miguel y Paco Rodríguez Hernández, Semi Rodríguez Alemán, Carlos Gil Brito y Tito Sánchez Franco, sin olvidar a los incombustibles Juan, Chano y Manolo Acosta.

Es así como la iniciativa popular, con total libertad de acción por parte del alcalde y corporación municipal, se plantean el darle forma a una serie de originalidades que doten al Carnaval de Maspalomas de unas especificidades que le diferencien del resto de los Carnavales del Archipiélago, excesivamente encorsetados y previsibles.

En primer lugar, para sobrevivir y hacerse un hueco entre tanta oferta carnavalera que surgió a principios de la década de 1980 en cada pueblo, ciudad y zona turística. Y segundo, porque el futuro del Carnaval de Maspalomas pasaba por dotarle de una serie de condimentos y de contenidos de impacto, que lo convirtieran en atractivo turístico que, al fin y al cabo, era el objetivo primordial a alcanzar desde su nacimiento. Fue en su sexta edición cuando el Carnaval de Maspalomas despega hacia la internacionalidad, pues, por primera vez la prensa se hace eco de que "el público del Yumbo era eminentemente extranjero".

Una de las conclusiones fue que el Carnaval de Maspalomas no pretendía usurpar el puesto de ningún otro y, como prueba de ello hace acto de presencia en la Gala de la Reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria con una candidata, fuera de concurso y sólo como exhibición. Esa gala se celebró en la plaza de Santa Ana y la señorita Isabel Santana Sánchez fue la encargada de lucir una espectacular fantasía en plata y negro como reina del Carnaval de Maspalomas en 1985.

Otro gesto que vino a significar que tampoco se entraba en lid con el Carnaval de Tenerife fue que se invitó al televisivo José Manuel Pitti (chicharrero de pro, donde los haya), a presentar la Gala de Elección de la Reina, que se celebró en el Centro Comercial Yumbo, ya por tercer año consecutivo y con muy pocos locales abiertos aún. El Carnaval de 1986, que coincidió con el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN, se desarrolló en un escenario (columnata romana en semicírculo), confeccionado por personal municipal bajo la dirección de José Arbelo Alayón y Gerardo Perera. Por aquel entonces, la iluminación corría a cargo de Manuel García y la megafonía por la empresa Herrera. Huelga decir que aún no había aparecido Rafa Sonido y, mucho menos, la tecnología de última generación de Rssonocom.

Como algo inédito en el Carnaval canario y que no se ha vuelto a repetir, el alcalde, acompañado por algunos turoperadores y las murgas locales Los Lenguatrapos y Los Desmadraos, ambas de Tunte, fueron al aeropuerto a repartir cotillones de carnaval y claveles entre los turistas y, en la misma cinta dónde recogían sus equipajes. Se pretendía "hacer lo posible para que el turista se sintiera más identificado y se sumara a la fiesta, dejando de ser un mero espectador".

Pero si hubo una innovación que dio un revuelco al Carnaval de Maspalomas y, diez años más tarde también a los Carnavales de toda Canarias, fue el nacimiento de la Gala de la Elección de Miss Traveskarnatival. Fue así cómo Maspalomas se coloca en el mapa europeo y es noticia en la prensa nacional y extranjera. Decía el programa de actos que, "por primera vez y que sirva de precedente, tendrán su hueco los number one del mogollón carnavalero: los travestís". No ahondamos más en esta cuestión, pues merece reportaje aparte y así será.

Puestos a innovar, hasta un desfile de modas de Carnaval tuvo lugar en la sala de arte Radach Novaro del hotel Catarina Playa. Lo que hoy en día vendría a llamarse algo así como Carnaval Fashion World. Y hasta un 'Carnaval sobre ruedas': patines, bicis, motos y otros artefactos anunciaba la fiesta por la zona turística.

Otro acto que nace y con vistas a la implicación del turista en el Carnaval fue el del Rescate de la Sardina, que aparecía moribunda en la Charca de Maspalomas y se traía en andas hasta el Centro Comercial Anexo II, atravesando las playas de Maspalomas y del Inglés. Huelgan los comentarios si decimos que en el trayecto también se pasaba por la playa de La Cañá la Penca (zona nudista). Para quitarle hierro al asunto, la organización repartía en el recorrido claveles y un inocente adhesivo en forma de corazón rojo con la leyenda "Maspalomas es tu casa".

Con algunas variantes, afortunadamente se conserva hoy en día y continúa siendo una seña de identidad del Carnaval de Maspalomas, en el que participan miles de turistas que ven cómo, recostados en la propia hamaca, se les complementa los tradicionales incentivos de sol-playa, con las escenas más divertidas, inverosímiles y transgresoras, que todo esto es el Carnaval.

El Entierro de la Sardina se remataba con otra de las originalidades creadas: la lectura del Testamento de la Sardina. El papel de notario se le ofreció al alcalde Francisco Araña del Toro, que aceptó de buen agrado y lo utilizó como herramienta para, con comentarios jocosos, irónicos y humorísticos (puestos en boca de la sardina, claro está), "sacarse las espinas" que, durante el año, le clavaban la oposición, la prensa y las "manos negras".

Atrás ya iba quedando de forma sutil aquel Carnaval con gran participación popular que naciera en 1980, con concurso de comparsas y murgas locales, con verbenas de ambiente en cada uno de los pueblos del municipio y en los centros comerciales.