Los papeles con las llegadas y salidas de la Residencia de Estudiantes de Madrid desaparecen con la guerra civil. Los hermanos Juan y Diego Cambreleng Roca calculan que su padre podía estar en 1920 como residenciado. Establecen la fecha a partir de un hecho histórico que siempre repetía el descendiente de una familia cuajada de protagonismo político en Canarias. Su tío, José Mesa y López, exponente del caciquismo isleño tras la muerte de León y Castillo (1918), lo sacó de la cama el 4 de enero de 1920 (se supone que de la habitación de la Residencia) para ir a la madrileña calle Hilarión Eslava. Allí estaba la casa de Benito Pérez Galdós, que se había convertido en un hervidero de condolencias tras la muerte del escritor grancanario.

En la familia ha quedado grabada la intervención del segundo de a bordo del Laboratorio de Fisiología de Juan Negrín, José Domingo Hernández Guerra (Tejeda, 1897-Madrid, 1931), para que Juan Cambreleng Mesa pudiese acceder a la Residencia. "Hacía falta una cuña, y Hernández Guerra, futuro catedrático, fue la de él", afirma Diego. El bisnieto de otro de los factótum del tejido sociopolítico insular, el alcalde y diputado Antonio López Botas, siempre sostuvo que él no formaba parte de la leyenda más literaria de los edificios de la Colina de los Chopos, entre la provocación artística y el trasnoche. Sus hijos recuerdan que la muerte del padre (de Diego Cambreleng Mesa) aceleró la finalización del bachiller y de la carrera de Derecho. Tenía que acabar lo antes posible para contribuir a la economía doméstica. "Él estaba allí para estudiar", afirman.

José Mesa y López, de gran influencia en la vida profesional y personal de Diego Cambreleng Mesa, va a ser un político que deja huella durante un periodo que abarca desde la Restauración canovista hasta la Dictadura de Primo de Ribera, pasando por la Segunda República. La nota dominante de sus iniciativas (como alcalde, presidente del Cabildo insular y diputado) están en torno al ideario monárquico liberal y la defensa de los intereses de los propietarios agrícolas de Gran Canaria. Vale como ejemplo la obtención de su acta de diputado en 1933 con su formación conservadora, Partido Popular Agrario Autónomo (PPAA).

Diego Cambreleng Mesa hereda de su tío el respeto a la monarquía, pero sin dejar atrás la influencia de la enseñanza recibida en el colegio de San Agustín (1851), una institución ilustrada, semillero de la futura clase dirigente y profesional grancanaria, y muy vinculada al Museo Canario. Antonio López Botas y Diego Mesa de León, del que era bisnieto, eran docentes del innovador e ilustrado centro.

La permanente agitación política de su tío introduce por primera vez a Diego Cambreleng Mesa en el poder. El cacique Mesa y López es reclamado por la Dictadura de Primo de Ribera (1929) para que retorne (había estado en 1922) a la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria como salvador. Su ambición le lleva a pedir también el Cabildo de Gran Canaria, donde va a estar de presidente Manuel González Martín, y de vicepresidente su sobrino. Es la única experiencia del joven abogado en el ejercicio de la política.

A la hora de encontrar la identidad del paso de Cambreleng por el Cabildo destaca su preocupación por las infraestructuras, como es la puesta en marcha del aeropuerto de Gando o el proyecto para la construcción del Parador de Tejeda. El golpe de Estado de Franco fulmina la influencia de José Mesa y López, al que se le pide que se abstenga de hacer intervención política pública alguna bajo el nuevo orden. Diego Cambreleng Mesa vive el ascenso de Matías Vega Guerra, el nuevo cacique en el franquismo, a la vez que refugia su vocación monárquica en sociedades recreativas y culturales. Será uno de los cercanos a don Juan de Borbón en la larga travesía hasta el periodo constitucional.

Serie

La entrega de mañana está dedicada al médico grancanario Gregorio León Suárez, que dirigió el Festival de Ópera.