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Cambio climático El impacto de la actividad turística

Viajar causa el 5% de emisiones de CO2, que Canarias ha duplicado en 15 años

La cumbre de Marrakech apunta que la nueva relación entre el clima y el destino pasa por promover su naturaleza

Viajar causa el 5% de emisiones de CO2, que Canarias ha duplicado en 15 años

El clima y el turismo son dos conceptos inseparables. Desde las frías franjas climáticas situadas entre los 30 y 60 grados de latitud norte parten los mayores flujos de viajeros -sobre todo de Estados Unidos, Reino Unido o Alemania- hacia franjas situadas entre el Ecuador y el Trópico de Cáncer, en las que se sitúan algunas de las áreas turísticas más cálidas del mundo: Hawai, Cuba, República Dominicana, Canarias?

El clima sigue siendo, junto al patrimonio histórico-cultural, el principal atractivo para el 70% de los turistas que recorren los distintos rincones del planeta en su tiempo libre. Pero esta distribución climática de los viajeros cambiará a partir de las próximas décadas. Según la ciencia, el cambio climático impactará en el sector turístico en el futuro del mismo modo que el sector turístico impacta sobre el cambio climático en el presente. Es, en concreto, el causante de casi el 5% (exactamente el 4,9%) de las emisiones mundiales de CO2 que están provocando el cambio de las condiciones climatológicas: 1.302 de las 26.400 millones de toneladas de gases emitidos.

Los alojamientos en los que se hospedan los turistas emiten el 21% de las emisiones turísticas totales de CO2. Pero la actividad más contaminante vinculada a los viajes la produce el transporte (el 72%), sobre todo el aéreo que representa hasta el 40%, pero también el terrestre que es responsable del restante 32%. El escándalo de Volkswagen, que manipuló sus coches para eludir los límites de contaminación, es una buena muestra del impacto económico que suponen para las empresas tomar medidas contra el calentamiento global. Una manipulación, por cierto, que a la empresa alemana le va a salir muy cara: además de las multas millonarias la ha llevado a una regulación laboral que afectará a más de 30.000 empleados.

¿Quién contamina?

Si se considerara el turismo en su conjunto como un emisor causante de efectos invernaderos, se situaría en el quinto lugar de los grandes contaminantes del planeta. El primero lo ocupa China, que causa él solo el 29% del total de emisiones mundiales. Le siguen Estados Unidos (15%), la Unión Europea (10%) e India, con el 6,3%.

Los efectos de todas estas emisiones ya se han hecho notar: la temperatura, por ejemplo, ha subido un grado desde el inicio de la industrialización hasta hoy. Y hay islas que ya han comenzado a sufrir los consecuencias de la subida del nivel del mar. Naciones Unidas ha cifrado en 44 el número de islas en riesgo real de desaparecer; entre ellas se encuentra un importante destino turístico como Seychelles, que según las previsiones perderá dos terceras parte de su territorio habitable. "La situación es crítica para los países insulares, pero la percepción sigue siendo que el problema no es urgente", explicaba la secretaria de la ONU para el cambio climático, Patricia Espinosa, al recoger el Príncipe de Asturias el pasado mes de octubre.

Los signos también son perceptibles en Canarias. Así, según el reciente estudio Los procesos de adaptación al cambio climático en espacios insulares de la Universidad de La Laguna, se ha producido "un evidente ascenso de las temperaturas nocturnas, sobre todo en zonas de montaña". Este aumento, sostienen sus cuatro investigadores, "afecta al nivel del mar y a la superficie de los océanos y puede generar que los temporales que afectan a Canarias sean cada vez más fuertes". Evidencias como estás, ¿preocupan al sector turístico? ¿Tienen presentes los destinos estos datos? ¿Se preparan para afrontar los posibles impactos? ¿Toman alguna medida para mitigar sus emisiones?

A pesar de la clara relación entre el clima y las actividades turísticas, los estudios sobre los impactos del cambio climático en el sector son muy escasos. Las acciones institucionales también son pocas, pese a que la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha detectado diversos "puntos calientes" o hotspot, entre los que está una de las áreas competidores de Canarias: la región mediterránea, que soportará un aumento de temperaturas estivales, reducción del agua disponible y pérdida importante de su diversidad terrestre y marina.

La realidad es que el impacto del cambio climático no está en el debate de la industria, inmersa en tantas otras preocupaciones más inmediatas: renovaciones, más conexiones, la presión de la competencia, la promoción? Para el sector turístico, el riesgo de cambio climático es más un futurible que un presente a incluir en la cuenta de resultados.

Frente a él, los agentes turísticos presentan dos posturas: los que creen que no tendrá consecuencia en sus negocios, al menos en el tiempo vital en que sean ellos quienes las gestionen, y los que sobreestiman su capacidad de adaptarse, dada la gran experiencia de adaptación del turismo a otros cambios sociales, económicos y ambientales. Ambas posturas implican una demora en tomar medidas de mitigación de las emisiones o adaptación anticipada a los cambios previstos.

Y sin embargo la decisión que tomen los destinos al respecto, sobre todo en economías tan dependientes de él como la canaria, es clave para la lucha contra el cambio climático de la región o país al que pertenezcan.

Marrakech versus Trump

Marrakech ha sido, durante dos semanas, sede la 22ª Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (conocida como la COP22). La cumbre, que concluyó el pasado viernes, ha establecido las nuevas reglas del juego para hacer cumplir el Acuerdo de París. Los países reunidos en la ciudad marroquí recibieron como un jarro de agua fría la designación de un negacionista del cambio climático, Donald Trump, como presidente electo de Estados Unidos. Pero todos, incluidos los representantes norteamericanos presentes, aprobaron un manifiesto que resume los principios de la lucha contra el cambio climático. El objetivo prioritario ya se conoce: impedir que la temperatura suba más de 1,5 grados en los próximas décadas. Pero, además, se desglosaron otras muchos objetivos y medidas, entre los que se incluye una nueva relación de los destinos turísticos con el clima.

Días antes del inicio de la cumbre, Marruecos presentó sus proyectos estrella de energía sostenible, entre ellos la megaplanta solar Noor ("luz" en árabe), que concluirá en 2018 y será la más grande del mundo. Pero además anunció su ambicioso Plan Marruecos Verde, que incluye desde el impulso a la agricultura hasta la renuncia a la utilización del plástico o la gestión de su naturaleza como apuestas de lucha contra el cambio climático.

El "espíritu de Marrakech" tiene importancia para Canarias por diversas razones: primero, por las líneas de financiación que se están aprobando a nivel global para la lucha contra el cambio climático, en la que África recibirá un fuerte impulso. Pero también como ejemplo del nuevo modelo de relación que conviene en el futuro a los destinos turísticos en relación a sus condiciones climatológicas.

Los expertos consideran, de hecho, que las posibilidades de mitigación del cambio climático son relativamente altas en el sector turístico. Además de mejorar su eficiencia energética: ahorrando en consumo y aplicando energías limpias; racionalizando el uso del agua y depurando la mayor cantidad posible o gestionando sus muchos vertidos, los destinos pueden contribuir también a mitigar el calentamiento global apostando por "el turismo verde", es decir, por convertir la naturaleza en uno de sus principales atractivos turísticos.

Ahorro energético

En ahorro energético, las empresas turísticas pueden llegar a ahorrar hasta el 50% tanto en consumo de agua como en iluminación, según diversas estimaciones. Actualmente, el gasto energético supone entre el 5 y el 10% del total de un hotel. De ahí que, por cuestiones de rentabilidad económica, cada vez más hoteles de las Islas están recurriendo a las energías limpias: el coste de un megavatio producido con gas propano cuesta 180 euros; 100 euros con gasoil; 35 con aerotermia y 30 con biomasa. Una veintena de grandes alojamientos turísticos de Canarias utiliza ya este último combustible, que además de ahorrar costes permite reducir emisiones de CO2.

También el ecoturismo, entendido como el adecuado fomento, uso y gestión de la naturaleza, puede contribuir a la lucha contra el calentamiento global. En este concepto se incluye el máximo cuidado y protección medioambiental, pero también la apuesta por productos y segmentos vinculados a esta forma de viajar, además de la reforestación de sus bosques.

Canarias es, en este sentido, un destino por explotar -en el buen sentido de la palabra-, si se tiene en cuenta el enorme potencial de sus espacios naturales: casi la mita de su territorio es espacio protegido, precisamente por su calidad; cuenta con cuatro parques nacionales y diversos espacios singulares. Tiene incontables cuevas, volcanes y barrancos susceptibles de atraer a un los también numerosos amantes de la naturaleza. Pero necesita gestionarlos adecuadamente para abrirlos a un uso controlado y, sobre todo, promocionar mucho más sus valores naturales.

El clima no es, en definitiva, un recurso inmutable. Sus principales elementos, temperatura y precipitaciones, pueden estar cambiando en estos momentos. Y la rapidez de adaptación que manifiesten las distintas actividades económicas será la clave de si mantendrán o no su competitividad ante los cambios que se avecinan.

¿Un cuento chino?

"El concepto de calentamiento global fue inventado por los chinos para que la industria norteamericana dejara de ser competitividad", llegó a decir Donald Trump en las redes sociales. Su tesis vincula la lucha contra el cambio climático con la pérdida de competitividad del país y le permite mantener su apuesta por las energías fósiles y burlarse de las limpias: "Las turbinas de viento son la peor amenaza contra las águilas", dijo.

Y es que, efectivamente, existe el riesgo de que un país que apueste por el nuevo modelo energético quede en situación de desventaja frente a aquellos que sigan produciendo con el modelo actual. De ahí que el lema Drill, baby, drill (Perfora, niña, perfora) se haya convertido en el grito de guerra de los negacionistas norteamericanos. Y de ahí que en el proceso de reactivación de la lucha contra el calentamiento global impulsado por el Acuerdo de París haya calado un nuevo concepto: el de "justicia climática". Para garantizarla se han alcanzado compromisos de financiación de los países avanzados para ayudar a los en desarrollo que apuesten por la lucha: "Nosotros, los países desarrollados, reafirmamos nuestra meta de movilización de 100 mil millones de dólares", ha concluido el Manifiesto de Marrakech.

Frente a estos escépticos del clima, que han constituido un frente denominado el Clexit, 200 países han ratificado su compromiso tras el triunfo de Trump en la reciente Cumbre de Marrakech: China, India, la propia Europa y 50 países africanos, que se han constituido como una sola voz para defender su posición ante el esfuerzo. Toda una oportunidad para que Canarias se pegue, climatológicamente hablando, al continente al que pertenece desde el punto de vista geográfico.

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