Noche de oración y devoción. La procesión del Encuentro volvió a congregar a cientos de personas en las calles de Puerto del Rosario para participar en uno de los actos más populares de la Semana Santa. Un evento religioso donde se vivieron momentos de autentico fervor, aunque el momento del encuentro entre Jesús de Nazareno y el Cristo de la Buena Muerte con la Dolorosa, en la zona de la Explanada, fue el punto álgido de un acontecimiento que cada año se consolida entre la población cristiana de la isla.

La procesión parte desde dos puntos distintos. Por un lado, cerca de un centenar de personas pertenecientes al Regimiento de Infantería Ligera 'Soria 9', con su jefe al frente de la delegación militar, el coronel José Ignacio García del Olmo, salen del acuartelamiento seguido por una multitud de personas que esperan la salida, donde los soldados transportan las imágenes de Jesús y el Cristo llevados a hombros por los soldados. Por otro, la comitiva cristiana parte desde la iglesia Nuestra Señora del Rosario portando la imagen de la Dolorosa y enfilaron por la calle León y Castillo hacia la avenida marítima, para encontrarse en la plaza Roque Calero ambas delegaciones. Tanto representantes del Ayuntamiento de Puerto del Rosario como del Cabildo de Fuerteventura se suman a la riada humana que acompaña a la imagen religiosa.

Aquí se produjo, sin duda, el momento más importante y emotivo de la noche entre la Dolorosa y Jesús de Nazareno. A los acordes de la Banda de Guerra, Jesús hace la reverencia a su madre la Dolorosa entre una prolongada ovación de los numerosos fieles que participaron en el acto.

Tras el encuentro, el capellán militar, José Ignacio López dirigió unas palabras desde el balcón de doña Amelia, al tiempo que se cantó 'La muerte no es el final'.

Posteriormente, se produce el regreso de las dos imágenes en la parroquia Nuestra Señora del Rosario, donde el párroco Juan Carlos Medina, recibe la imagen. De nuevo, la emoción sube muchos enteros entre los feligreses al despedirse las imágenes tras una nueva reverencia .

Esta procesión tiene su origen con la llegada del Tercio Don Juan de Austria de La Legión a la isla tras la descolonización del Sahara en 1976. Al año siguiente, el Regimiento Soria 9, que sustituyó a la Legión en la guarnición de Fuerteventura, recogió el testigo, y desde entonces viene celebrándose cada año el citado acto en la capital majorera.