El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana y los vecinos de Tunte rendirán mañana un merecido homenaje a los hermanos barberos Francisco y Manuel López Pérez, posiblemente los últimos que dediquen tanto tiempo y cariño a su oficio. El reconocimiento se hará durante la celebración del ya tradicional Tenderetunte, que contará con un baile de taifas, amenizado por las parrandas Buchito de Café, del Cura, del Muñigal y Las Dunas, y el Grupo Tabaiba.

Sus clientes habituales aplauden la iniciativa del homenaje. "Se lo merece y es justo", expresaron ayer sin dudarlo Alfredo Isidro López, vecino de Santa Lucía, Pedro Medina Herrera, José Miguel Arbelo Quintana, que siempre ha sido pelado por los hermanos López, Luis Ojeda Torres y Vicente Santana. Todos se mostraron convencidos de que su testigo no tendrá continuidad cuando ellos lo dejen.

"Si ahora tuviera 25 años, igual me lo pensaría dos veces si volver a ser barbero", manifestó Francisco López. "No me quejo de mi trabajo, porque me ha dado la comida durante 57 años. No ha sido remunerado, aunque lo he hecho porque he querido", aclaró.

Aunque fue en 1953 cuando empezó a dedicar todo su tiempo a la barbería al comprar un viejo cuarto en la calle de Los Naranjos, del anterior barbero Juan Santana el del Guardia, Francisco López ya pelaba y afeitaba desde varios años atrás a sus compañeros de trabajo de reforestación y del cuartel, donde fue el único barbero. "Allí pude practicar y aprender de las barberías de Las Palmas de Gran Canaria, donde solía ir a ver", recuerda.

El autodidacta Francisco fue el maestro de su hermano Manuel, que también lleva en el oficio 54 años. En mayo de 1963 se trasladaron a la calle Tamarán, vía principal del casco, convirtiéndose la barbería en "un entrañable punto de encuentro, lleno de recuerdos y de cánticos de capirotes y canarios, que harían más amena la estancia", según apunta el oficial de archivo Rafael González Ortega (Feluco).

Los precios han ido evolucionando, porque de las 3,5 pesetas que costaba el pelado y 1,5 pesetas el afeitado en 1953, los hermanos cobran ahora siete y tres euros, respectivamente, 1.162 pesetas de las de antes. Muchas vivencias han tenido estos hermanos en más de medio siglo como barberos, prácticamente sin coger vacaciones. "Trabajamos todos los días del año de sol a sol, menos el Viernes Santo", insisten. Incluso Manuel López se ha acercado muchísimas veces con su maletín hasta las casas de los vecinos enfermos para acicalarles.

Francisco, que también fue concejal durante siete años desde 1967 y juez de paz otros seis, no se escapó de una multa de la Inspección de Trabajo de 500 pesetas con recargos por trabajar un domingo, después de una denuncia. "La persona que trabaja es la peor que puede vivir. No se aprecia el trabajo, porque a veces a quien hace una gamberrada se le protege más", recuerda el peluquero de Tunte. En cualquier caso, ellos han seguido trabajando hasta la fecha los domingos, aunque ahora sólo por las mañanas.

Ambos se muestran satisfechos, porque a su barbería vienen gente de diferentes barrios no sólo de su municipio sino de otros de la isla. "También somos internacionales, porque tenemos clientes alemanes, suizos y belgas entre otros", resaltan Francisco y Manuel. En tal sentido, Vicente Santana destacó que "la tranquilidad que hay en la barbería hace que muchos vengan a pelarse aquí porque no hay estrés".

Pedro Medina indicó que "el homenaje se lo merecen bastante, porque son amables y aquí se pela el que tiene y el que no tiene. Han estado trabajando durante 30 años desde las nueve de la mañana hasta las 11 de la noche". También son de la misma opinión sus clientes históricos José Miguel Arbelo y Luis Ojeda señalan que la mayoría del pueblo ha pasado varias veces por la barbería y reconocen que cuando dejen de trabajar se notará su ausencia.

"No tenemos herederos", señalan los hermanos. "Con nosotros se termina una tradición. Quizá nosotros tampoco lo haríamos", agregan los barberos Francisco y Manuel, quienes se muestran "muy agradecidos porque se han interesado por nosotros en estas fiestas de Santiago Apóstol". En el mismo sentido, Rafael González Ortega destaca que "nuestros barberos de siempre son tradición, que dejan una inolvidable huella de nuestra villa".