Mari Carmen Martín sacó el número 43 y se lo dio a Carmelo Déniz para que lo pusiera junto a la tablilla del bombo. Y en eso saltó de un resorte Angela Medina, risueña vecina de Melenara, para cantar línea a los cinco minutos de haber empezado el guineo que la fundación Yrichen montó ayer tarde en El Cortijo para recaudar fondos con los que continuar su lucha contra la droga.

La sexta edición de la merienda benéfica organizada por esta entidad que atiende a drogodependientes resultó todo un éxito. Tanto fue así que el equipo comandado por el sacerdote Jorge Hernández logró batir récords, con 326 comensales repartidos en 28 mesas y regando de altruismo las numerosas rifas que se celebraron con cartones y bolas de por medio.

"Hemos vendido entradas por valor de 4.000 euros, pero confío en llegar a los 6.000. La solidaridad de este pueblo no tiene límites y en los tiempos que corren es digna de agradecer", confesaba mientras no cesaba de repartir besos a los lados.

Hernández se compinchó con una treintena de voluntarios y con más de 70 empresas, que donaron presentes de todo tipo, para disfrutar de una familiar tarde. Televisores, trajes típicos, viajes y hasta un sabroso racimo de plátanos, nada quedó en el cajón. El alma del evento adelantaba también su intención de preparar en breve una nueva campaña de comunicación y celebrar sendas ediciones del campeonato de golf y de la gala artística para recolectar más dinero. "Hemos hecho un esfuerzo y no hemos cerrado ni un solo programa. Nos gustaría seguir así", susurraba.

Por lo pronto, nadie podrá dudar de que su trabajo arroja buenos resultados. Su último recuento ofrece un total de 650 usuarios, aunque con un panorama un tanto gris. "Vamos a entrar en déficit de nuevo este año porque se nos ha reducido ligeramente, en 8.000 euros, la aportación del Gobierno de Canarias, pero no podemos estarnos quietos. Gastamos casi un millón de euros por ejercicio y hemos conseguido autofinanciarnos en un 30%. De eso se trata", zanjaba entre cafés y bocatas.