La cúpula del Partido Popular (PP) busca una salida a la vicepresidenta del Cabildo de Gran Canaria, Rosa Rodríguez, que no comprometa más la imagen del gobierno de José Miguel Bravo de Laguna, después de que la también consejera de Economía, Hacienda y Política Social abriera una crisis de imprevisibles consecuencias al negarse a votar el Presupuesto del año 2013.

Tras los sucesivos plantes de Rosa Rodríguez a Bravo de Laguna, la situación es "insostenible" y la principal salida que se baraja es la de la dimisión de todas sus responsabilidades y la posterior renuncia al acta. Nadie ve a la número dos del PP como consejera sin responsabilidades de gobierno en los dos años y medio que quedan de mandato.

Otra opción es que Rosa Rodríguez, que descansó el fin de semana en Madrid, regrese mañana a su despacho y se intente echar tierra sobre el enfrentamiento de esta semana, como ha ocurrido con las anteriores disputas entre la vicepresidenta y sus compañeros de gobierno. Sin embargo, este vez las "discrepancias" son de dominio público y reconocidas hasta por el propio Bravo de Laguna, lo que convertiría el resto del mandato en un vía crucis para todos. Los grupos de la oposición ya sacan rédito del enfrentamiento y hurgarían aún más en esa herida.

Bravo de Laguna y la práctica totalidad de los consejeros del PP no son partidarios de que Rosa Rodríguez siga manejando las cuentas del Cabildo después de los últimos desplantes. "Si ya antes la veíamos como un ente separado del gobierno, que iba por libre, a partir de ahora sería peor, incluso en las relaciones personales", reconocía un miembro del gobierno. El carácter de Rosa Rodríguez tampoco hace previsible una vuelta al redil después de protagonizar una espantada de tres días y de haber perdido buena parte del control sobre los presupuestos, en concreto sobre los remanentes de tesorería. Por tanto, la destitución es la alternativa que le queda a Bravo de Laguna en el caso de que no dimita, pero esa la salida que no quiere nadie. Por un lado, dañaría la credibilidad del gobierno del Cabildo, ya bastante deteriorada por los episodios de transfuguismo de sus socios de CCN y CC. Por otro, afectaría a la imagen de coherencia interna que pretende transmitir el PP, pues Rosa Rodríguez no es precisamente una recién llegada o un verso libre en la férrea organización que dirige José Manuel Soria. De hecho, el líder regional del PP ha sido hasta ahora su principal valedor. Aunque dimita o la destituyan, tampoco acabarán ahí los problemas para Bravo de Laguna. En su actual equipo de gobierno no hay nadie con perfil técnico y político para hacerse cargo del área de Economía y Hacienda (Marco Aurelio Pérez sí es economista pero tiene dedicación exclusiva en la Alcaldía de San Bartolomé), por lo que incluso se baraja el nombramiento de un tercer consejero no electo para llevar ese departamento. Aún quedaría por designar a un responsable de Política Social, que sería el tercero en el año y medio de mandato del PP.

Mañana se escenificará la salida de la crisis y como en toda novela de misterio existen algunos cabos sueltos. En concreto, ¿tendrá Bravo de Laguna poder político y argumentos para destituirla en caso de que no dimita? La otra incógnita es adónde irá Rosa Rodríguez si deja el Cabildo y qué consecuencias tendrá esa ruptura en las filas del PP.

En el partido no acaban de comprender las razones del enfrentamiento. Aunque prefieren verla lejos, todos los miembros del gobierno de la isla alaban la labor de Rosa Rodríguez en la elaboración de los presupuestos de 2013. De hecho, el reparto por consejerías que finalmente se aprobó el viernes es que presentó la responsable de Hacienda en la reunión del miércoles. En su ausencia no se cambió ni un euro de destino, solo diez de las 86 bases de ejecución del presupuesto, lo que vulgarmente se conoce como la letra pequeña de las cuentas públicas.

La vicepresidenta se sintió desautorizada desde el miércoles, después de que Bravo de Laguna le impusiera un aplazamiento en la aprobación de los presupuestos para realizar esos diez cambios. Ahí se plantó y hasta advirtió con votar en contra, lo que supondría un escándalo político. El PP no cree que Rosa Rodríguez cumpla esa amenaza ni que inicie aventuras en solitario. En todo caso, no peligra la mayoría en el Pleno del Cabildo por la incorporación al gobierno del nacionalista Antonio Hernández Lobo. Desde la oposición han relacionado el fichaje de Hernández Lobo con las discrepancias entre Rosa Rodríguez y el resto de sus compañeros, aunque el PP lo niega.