La Policía Científica de la Policía Nacional traspasó en la tarde del jueves la investigación a la Policía Judicial de la Guardia Civil, que asume las competencias para esclarecer las causas que pudieron provocar la muerte de los submarinistas teldenses Agonay Betancor y Kilian Sosa mientras trabajaban en las jaulas marinas del Castillo del Romeral de la empresa Granja Marina Playa de Vargas. Así se apuntó ayer desde la Comandancia de la Guardia Civil, al tratarse de un accidente que se produjo en alta mar.

Fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil indicaron ayer tarde que se prevé que tal proceso dure varios días para poder averiguar qué sucedió en la mañana del pasado jueves a 500 metros de la costa de San Bartolomé de Tirajana. Después de finalizar el traspaso de las competencias y actuaciones durante el día de ayer, la Policía Científica espera que el lunes o el martes el Instituto de Medicina Legal, el antiguo anatómico forense, les comunique las causas del fallecimiento tras la autopsia realizada a los submarinistas durante la mañana de ayer.

Después, los efectivos de la Benemérita procederán a realizar las pruebas periciales para averiguar las causas, entre las que se baraja que la mezcla del aire de las botellas estuviera intoxicada.

El líquido de las bombonas de Kilian Sosa y Agonay Betancor será enviado a examinar a Sevilla, como sucediera con el piche vertido en la playa de Arinaga de Agüimes el mes pasado, y cuyos resultados pueden tardar un tiempo indeterminado.

En un principio, los efectivos de la Policía Científica de la Policía Nacional, además de tomar declaración a diversos miembros de la empresa, examinó el compresor del barco, situado en la parte izquierda de atrás del buque, con el que se llena las botellas de aire. Además de requisar en los primeros momentos las botellas que usaron Agonay Betancor y Kilian Sosa, jóvenes de 26 y 22 años, los agentes se llevaron también el resto de las botellas que había a bordo, así como abundante material de afectados y tripulación.

En tal sentido, una de las hipótesis que se barajan es que los submarinistas inhalaran monóxido de carbono y se intoxicaran. "Si se intoxica una botella con monóxido de carbono, puede ser que sea porque la toma del aire esté cerca de la salida del escape del compresor. Siempre la toma de aire tiene que estar mucho más alta que la salida del escape, porque si en un barco cambia el viento y está a una misma altura es probable que lo meta dentro del aire que se introduce en la botella intoxicándolo con monóxido de carbono que no tiene olor ninguno. Y con cero diez miligramos en la sangre ya es letal", así lo apuntó ayer el inspector de piscifactorías Jorge Betancor.

En cualquier caso, el también gerente de Buceo Sur de Arinaga insistió que "esa era solo una hipótesis posible, porque el fallecimiento de los dos jóvenes pudo producirse porque estuvieran demasiado tiempo bajo el mar; o por otra causa que todavía se desconoce". La delicada situación del fallecimiento de Agonay Betancor y Kilian Sosa sin testigos directos, que fueron encontrados por otro compañero a media profundidad suspendidos, tras percatarse de que no salían a la superficie las burbujas correspondientes, hace prever que la investigación se alargue bastante en el tiempo.

Los dos jóvenes llevaban poco tiempo trabajando en las jaulas marinas de Castillo del Romeral de San Bartolomé de Tirajana y habían tenido dificultades en hacerse con botellas de aire el miércoles pasado, un día antes de su fallecimiento por causas que todavía se desconocen.

Ambos habían realizado estudios durante dos años en la Escuela Taller Caletones de Telde. "Mi hijo cursó el aprendizaje con buenas notas", expresó José Ramón Sosa tras conocer el fallecimiento de su hijo Kilian Sosa, sin explicarse todavía las causas. El progenitor se desplazó ayer al Juzgado de San Bartolomé de Tirajana para solicitar las pertenencias de su hijo. "Allí me dijeron que el expediente lo llevaba ya la Guardia Civil y que no me podían dar las pertenencias hasta que se esclarecieran las causas del fallecimiento", apuntó.

"Todavía no nos han comunicado nada de las posibles causas de la muerte de Agonay y de mi hijo. Lo único que me preguntaron era si Kilian padecía algún tipo de enfermedad, a lo que contesté que había pasado todos los exámenes médicos sin problema", apuntó José Ramón Sosa, mientras velaba con familiares y amigos a su hijo en el tanatorio de Las Rubiesas de Telde hasta que hoy sea enterrado en el cementerio de San Gregorio de Telde. Por su parte, Agonay Betancor ya fue incinerado ayer ante la tristeza de familiares.