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Mogán Reforestación del barranco de Veneguera

Pinos y sabinas para recuperar el bosque de Veneguera

Alumnos del colegio público de Mogán inician la reforestación de Tabaibales

Hubo un tiempo en el que los pinos canarios cubrían la parte alta del barranco de Veneguera y proporcionaban la madera necesaria para las cercanas localidades de Mogán y La Aldea. Y como casi ocurre hace pocos años con la playa, la avaricia rompió el saco y el monte fue totalmente arrasado por la mano del hombre, hasta el punto de que solo quedaron unos cuantos árboles desperdigados.

Setenta niños dieron ayer un nuevo paso para recuperar aquel antiguo bosque del suroeste de Gran Canaria y plantaron los primeros 400 árboles en el lugar conocido como Cañada del Paso del Pino, en el Lomo de Tabaibales. En un acto más simbólico que efectivo, pues la idea es repoblar Veneguera con cerca de 200.000 ejemplares en los próximos diez años, los alumnos del centro de educación obligatoria del pueblo de Mogán recibieron una clase práctica de ciencias naturales y colocaron 200 plantones de pino y otros tantos de sabinas en nueve hectáreas de ladera.

También fueron los primeros en acceder en muchos años a esa zona del municipio de Mogán, cerrada al público desde la década de 1980 por el inicio de las obras de la frustrada urbanización turística de Veneguera. Aparte de la experiencia de plantar un árbol, el primero para muchos de ellos, también hubo asignatura de gimnasia, porque la criaturas tuvieron que caminar durante casi dos horas para llegar a la Casa del Judío, punto de encuentro para iniciar la repoblación.

El cansancio por la larga caminata fue su única queja, pero tras comer un plátano y echar unos tragos de agua se pusieron manos a la obra y en poco más de una hora completaron el trabajo.

Besay López, de segundo curso de la ESO, y Rubén Bueno, de tercero, ambos residentes en el casco de Mogán, formaron uno de los equipos más activos y plantaron tres o cuatro pinos en la parte más elevada de la ladera. Rubén confesó a sus amigos que ya tenía cierta práctica en plantar mangos en la finca de su abuelo, mientras Besay presumió ante las chicas de ser el más mañoso con el sacho.

Antes de comenzar, los niños recibieron una pequeña explicación de la historia del lugar por parte de Sergio Armas, gerente de Foresta, y Javier López, jefe del área de Restauración de Estructuras Forestales del Cabildo de Gran Canaria. Después les enseñaron los pasos a seguir para plantar un árbol, desde hacer el agujero en la tierra hasta colocar la malla de protección para evitar que se lo coman los conejos o las musarañas.

"Ni me imaginaba que existía un sitio así en Mogán, ha sido una experiencia diferente y bonita", apuntó Nayeli Cruz, de primero de la ESO, doblemente feliz porque ayer tenía examen de Biología y tendrá dos días más para estudiar. Nayeli formó un grupo de plantadoras con Analía Saavedra, residente en el pueblo de Veneguera, y Lily Richard, de ascendencia irlandesa y vecina de la Playa del Cura. Tras seguir atentamente las explicaciones de Carlos, uno de los monitores de la Fundación Foresta, el trío colocó en un santiamén los pinos que le correspondieron.

Con estos 400 árboles en la Cañada del Paso del Pino arranca sobre el terreno el convenio firmado el pasado 18 de julio entre la empresa Lopesan, propietaria de los terrenos, y la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, que prevé la reforestación de 497 hectáreas en el Lomo de Tabaibales y en el cauce del barranco de Veneguera, donde el grupo empresarial que preside Eustasio López también ha iniciado la recuperación de fincas de plataneras y de frutos tropicales que fueron abandonadas hace treinta años por la especulación urbanística.

"Estamos asistiendo al inicio de la reforestación en una zona en la que todavía quedan algunos vestigios del antiguo pinar y la intención de Lopesan es contribuir a recuperar la parte de Veneguera que es forestal y también los cultivos, dentro del compromiso que tiene la empresa de dejar Veneguera como un patrimonio de Gran Canaria, tal como demandó la sociedad canaria hace 20 años", explicó Yerou Lobo, responsable del área de agricultura de Lopesan.

Lobo resaltó que el convenio con el Cabildo es por diez años porque es el tiempo necesario para completar la reforestación con garantías. "Hay que ir paso a paso y consolidar lo que ya está plantado, tener la seguridad de que existan recursos hídricos para que los pinos y sabinas perduren en el tiempo y no se pierdan".

Medio ambiente

Por parte del Cabildo, Javier López apuntó que la reforestación iniciada ayer por los alumnos de Mogán seguirá en las próximas semanas, ya con personal especializado de Lopesan bajo la supervisión de técnicos de Medio Ambiente. En las primeras nueve hectáreas de la zona más alta de Veneguera se mezclaran pinos y sabinas, a una distancia de cuatro o cinco metros, con la flora actual de tabaiba amarga y algunos dragos.

Esta primera fase, a unos 400 metros de altura sobre el nivel del mar, se realiza con plantas del vivero de la Cruz Grande, en San Bartolomé de Tirajana. El origen de las semillas de pino canario está en el barranco de Arguineguín, donde se han localizado ejemplares pueden tener entre 200 y 300 años de antigüedad.

La campaña durará hasta el próximo 30 de enero, para que los árboles se desarrollen antes de que lleguen los calores del verano. Por suerte para los chiquillos que subieron ayer, las anteriores madrugadas llovió con cierta intensidad y el terreno estaba bien empapado de agua, por lo que no hubo que hacer grandes esfuerzos para abrir los agujeros y tapar luego con tierra. Algunos valientes lo hicieron con las propias manos. Eso no ocurre siempre, porque Tabaibales es una de las zonas más secas de la isla, con una media de apenas 200 litros por metro cuadrado al año.

De forma simbólica se eligió los alrededores de la Casa del Judío, donde existe una centenaria viga de tea que solo puede proceder del bosque que existía allí antes de la llegada de los conquistadores castellanos. A partir del siglo XV se inició la tala, primero para conseguir carbón y después para la construcción de los barcos en Mogán y La Aldea.

"Esta es una experiencia muy positiva para los niños, se han divertido, han conocido un poco de historia de su municipio y seguro que se han concienciado de la necesidad de proteger nuestros bosques y preservarlos para el futuro", resumió José Manuel Pérez, profesor de Dibujo, uno de los maestros que acompañó a los 70 alumnos de los cuatro cursos de la ESO, con edades comprendidas entre los 11 y los 14 años.

Aparte de la plantación, los niños tuvieron el privilegio de recorrer la carretera de la costa de Veneguera, construida por Banesto hace más de veinte años y que permanece cerrada al tráfico desde entonces. Aunque no se puede entrar en coche, muchos turistas que se hospedan en el Puerto de Mogán la utilizan para pasear a pie o en bicicleta. La vía está inmaculada, aún sin pintar, y solo la utilizan los vehículos de Lopesan para llegar a las fincas agrícolas de Tabaibales. El acceso hasta los cultivos del barranco y a la playa se realiza por la carretera de tierra que parte desde el pueblo de Veneguera.

En el otoño del próximo año se realizará la segunda fase de la repoblación y los niños de Mogán podrán ver el resultado de la plantación de ayer. Algunos tomaron buena nota de donde quedaron sus pinos y quizá algún día puedan descansar a su sombra.

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