Un total de 180 personas se presentaron ayer en el hotel Iberia dispuestos a curarle el invierno al resto de Europa. La campaña que lleva a cabo la Consejería de Turismo del Gobierno autónomo, a través de Promotur, para elegir a 100 embajadores que defiendan las delicias de Canarias se ha saldado con un éxito rotundo de participación.

El casting de ayer en Las Palmas de Gran Canaria era el último de los cuatro que se han venido celebrando en Tenerife, Lanzarote y Fuerteventura. En total se han presentado 500 jóvenes, de los que 100 serán elegidos para viajar a un país del norte de Europa y convencer a sus habitantes de que las islas son el mejor destino para sacudirse la nostalgia propia del invierno en aquellas latitudes.

Los únicos requisitos para participar eran: estar empadronado en Canarias, tener entre 18 y 35 años, buen nivel de inglés y disponibilidad absoluta para viajar entre el 17 y el 26 de octubre. ¿A dónde? Ése sigue siendo el secreto mejor guardado de esta campaña. Yolanda Perdomo, gerente de Promotur, explica que los 100 afortunados sabrán a donde se dirigen "a pie de escalerilla", el mismo día en que tomen el avión. El día 18 reunirán a los elegidos en un hotel de Gran Canaria para emprender rumbo hacia el norte al día siguiente, con el abrigo dentro de la maleta.

Una habilidad indispensable para los embajadores es la de la imaginación. Se trata de sorprender a los europeos con una forma de promoción novedosa que llame la atención y que permita demostrar la simpatía propia que arrastran los canarios. Entre los aspirantes que se presentaron ayer ante el jurado no faltó el desayuno típico canario propuesto por Alicia Sánchez, que agasajó a la mesa con suspiros de Moya y un traguito de ron miel. Amanda Luaces, geógrafa, demostró sus conocimientos de las siete islas y se atrevió incluso con un chiste de gomeros, "aunque les tengo mucho aprecio". Almudena Carvajal, una asturiana enamorada de Canarias reconoció que "las islas le cambiaron la vida" y se mostró dispuesta a convencer a quien haga falta de que en Europa, mientras los lagos se congelan, al sur existe un pedazo de paraíso.