No hay posibilidades de hacer milagros". Ésa es la frase que utiliza el alcalde Jerónimo Saavedra ante los detractores de la subida de impuestos. La ciudad ha perdido en los dos últimos años a consecuencia de la crisis 50 millones de euros en ingresos y para 2010 el horizonte no puede ser más oscuro. El Estado disminuirá su aportación a las arcas municipales en 17 millones y el Gobierno canario en al menos 13 más debido a la caída en la recaudación del IGIC, el impuesto más importante del Régimen Económico y Fiscal (REF). En total, una mordida de 30 millones del presupuesto que rondará los 305 millones (un 3 % menos que este año).

Para colmo, la cantidad que se esperaba rascar de los presupuestos de la Comunidad para compensar los gastos de capitalidad quedan muy lejos de los 46 millones que se habían calculado y hay que conformarse con 4,7 millones en dos años.

Y suma y sigue restando del erario con créditos solicitados en etapas anteriores (diez millones anuales) o demandas por operaciones urbanísticas perdidas en los tribunales.

El panorama es negro y la solución, "aunque esta decisión me haga perder votos", ha subrayado Saavedra, ha sido la mayor subida de impuestos de la historia de la capital grancanaria. O, en palabras de la líder de la oposición y ex alcaldesa, "un atraco que sólo va a perjudicar a los que peor lo están pasando, los que lo tienen más difícil para llegar a fin de mes".

El hecho es que a partir de enero suben nueve impuestos y tasas municipales, se crea una nueva tarifa para las operadoras de telefonía móvil y se actualiza el callejero fiscal.

Así suben los impuestos a las empresas (IAE), las plusvalías, a la construcción, el de circulación y la contribución (IBI).

El de circulación supondrá para los propietarios de turismos -mayoritarios en el municipio- diez euros más en el recibo del año que viene; en lo que respecta al IBI, una familia media que ahora paga 220 euros al año pasará a pagar unos 290, siempre dependiendo, claro, de la zona en la que esté situada la vivienda, el valor catastral y hasta la antigüedad. También se pagará un 6,3 % más en el recibo del agua, los vados pasarán de 60 euros a 75 y hasta los 240 euros, y por arrojar basuras en el vertedero se pagarán 15 euros en vez de 9,95 euros.

En general las familias de la capital grancanaria pagarán al Ayuntamiento unos 80 euros más al año. "El alcalde nos roba", llegaron a decir las federaciones vecinales que el 23 de octubre convocaron una manifestación que apenas concitó el apoyo de medio millar de ciudadanos.

El mensaje que repiten hasta la saciedad los miembros del ejecutivo local es que o bien era esto o bien se ponían en peligro los servicios esenciales de la ciudad: "Cuidar los jardines, mantener la seguridad, potenciar las políticas sociales y que las calles estén limpias". O en palabras del director de gobierno de Hacienda, Benito Cabrera, el pasado viernes, antes de que los grupos mayoritarios dieran el visto bueno a la propuesta y tras haberse rechazado 1.209 alegaciones, "los 21 millones que se recaudarán con el incremento fiscal equivalen a la nómina de 700 trabajadores municipales. Si no subimos, la alternativa es el despido o eliminar los servicios sociales".

"Estamos hablando de subir los impuestos para garantizar los servicios a los ciudadanos. En 2009, hemos pasado del 10 % de paro al 26 % y la perspectiva del próximo año es peor", advierte el alcalde.