El sol no acompañó del todo, pero eso no fue impedimento para que miles de personas retozaran ayer en la playa de Las Canteras sobre la toalla más grande del mundo, una tela de 2.240 metros cuadrados con la que la cervecera Tropical ha conseguido un nuevo récord Guinness en esa categoría, batiendo la marca anterior de Chipre y logrando así la primera gesta de este tipo para Gran Canaria y su capital.

La organización comenzó a desplegar la gigantesca toalla de madrugada. Había mucha expectación, pero no fue hasta las 10.00 horas cuando comenzaron a llegar los primeros voluntarios a la alfombra verde.

Luego, a las 13.00 horas, con un millar de recordman mundiales en plena ebullición, la jefa de adjudicaciones de Guinness World Records, Andrea Bánfi, cogió un peculiar aparato con ruedas, bajó a la alfombra verde y empezó a medir la cosa. Primero el largo, después el ancho, y por último el resultado final: 2.195 metros, una marca que desbanca a la de Chipre, fijada en 1.984 metros.

Bánfi, tras certificar el récord, explicó que es el primero de Gran Canaria, aunque hay otros dos relacionados con la Isla: el barco más rápido movido por energía solar y la mayor carrera mundial de cruceros, con 250 embarcaciones. Ambas pruebas partieron de Las Palmas de Gran Canaria, de ahí la relación.

También Tenerife tiene un récord Guinness: el mayor baile al aire libre, capitaneado en su momento por Celia Cruz, según la londinense Andrea Bánfi. Su organización recibe 1.000 propuestas semanales para establecer y batir nuevas marcas, pero la mayoría son rechazadas. Sólo pasan el corte unas cinco iniciativas, que son elegidas por un equipo de expertos a partir de los criterios de medición, verificabilidad, interés internacional y posibilidades de volver a superar la gesta.

Más de 25 personas se emplearon a fondo en la elaboración de la toalla, que se confeccionó en el polígono industrial de Arinaga durante 15 días. Para su montaje se necesitaron otras 50 almas, que extendieron el experimento, con más de una tonelada de peso, sobre la arena de La Puntilla, donde ayer se congregaron unos 6.000 testigos entre participantes, curiosos y demás asiduos a Las Canteras, según los organizadores.

RECICLAJE. La pieza se donará a la Obra Social de Acogida y Desarrollo, una entidad benéfica de Gran Canaria, así como a la Ciudad de San Juan de Dios de Las Palmas de Gran Canaria, que se encargarán de reciclarla. Parte de la tela se destinará al uso en hogares, albergues y centros de dicho colectivo. Con el resto se elaborarán toallas individuales, que se venderán a bajo precio para recaudar fondos y reinvertirlos en la financiación de programas sociales.

En la iniciativa colaboró el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, cuyo alcalde, Jerónimo Saavedra, agradeció el "derroche de imaginación empresarial". El evento no es sólo una operación comercial redonda, sino una "aportación del sector" para apoyar la candidatura de la ciudad a Capital Europea de la Cultura 2016.

El presidente de la asociación de empresarios del Puerto y Las Canteras, Nicolás Ortega, estuvo conforme con el regidor, pero lamentó que la playa perdiera recientemente su bandera azul. "Tenemos que lograr el compromiso de todos y dejarnos de dar bandazos", añadió.