Las 23.30 horas de la noche del domingo en sentido norte y las 03.00 de la madrugada de hoy hacia sur. Esas eran ayer las previsiones del Cabildo de Gran Canaria para la reapertura al tráfico de la Autovía Marítima después de un día, en el último fin de semana de agosto, en el que la normalidad fue la tónica en la circulación.

Finalmente, no hubo ni atascos, ni colapso en la vía medular de Las Palmas de Gran Canaria, ni tampoco el resto de la ciudad, en una suerte de efecto dominó, notó los cortes de dos kilómetros entre Torre Las Palmas y Belén María.

"Si hay que agradecerlo a alguien", decía ayer el concejal de Seguridad y Tráfico, Jesús González, "es a la colaboración de los conductores que han hecho caso a las recomendaciones para que accedieran a la ciudad por otros puntos, como la circunvalación, o cogieran recorridos alternativos en los desplazamientos de un lado a otro de la ciudad".

La obra que ha mantenido cerrada la avenida durante tres días tenía carácter de urgencia por inminente peligro de caída de los muros laterales de los subterráneos, una vez que el pasado miércoles los técnicos de mantenimiento del servicio de Obras Públicas del Cabildo -administración de la que dependen por ser una vía de comunicación principal en la Isla- descubrieron que no sólo las losetas que revisten las paredes estaban sueltas a causa de la humedad y el mal estado, sino incluso el muro mismo.

Mientras el viernes, el sábado y parte del domingo los obreros de la empresa OHL se dedicaron a sanear los laterales, en la tarde de ayer los trabajos se centraron en el reasfaltado de la carretera.

Queda aún por determinar, según explicó ayer el coordinador insular de Obras Públicas y Transporte, Rogelio Frade, qué tipo de revestimiento se va a colocar ahora. En cualquier caso, con el peligro disipado, no hay prisas, por lo que los técnicos se han dado tiempo para elegir el modelo más adecuado para una zona muy castigada por la humedad y las filtraciones del mar, y la contaminación de los coches. Además, se deben tener en cuenta dos características: es una zona noble de la capital, con lo que estéticamente deben ser agradables y deben ser de fácil lavado.