Los trabajadores de Clusa, la ex empresa concesionaria del servicio de recogida de residuos en Las Palmas de Gran Canaria, llevan dos meses viviendo una situación "lamentable" y de "auténtica tortura psicológica", que se alargará otros sesenta días como mínimo, por la utilización de "maniobras dilatorias" por parte de la empresa para "retrasar" el pago de sus indemnizaciones.

Así lo denuncia el portavoz del sindicato FSOC, Rubén Alemán, después de que se suspendiera el juicio previsto para este jueves, porque la empresa Clusa ha solicitado que el Ayuntamiento "aporte una documentación que ya posee". En concreto, solicita los convenios de colaboración que en su momento les otorgó la concesión y el que se la retiraba. Desde el sindicato "no responsabilizamos al tribunal", que ante el volumen de documentación solicitada "ha tomado la decisión de retrasar la vista".

Esta "maniobra" supone que la vista no se celebre hasta el 10 de diciembre, con lo que la sentencia "seguramente no estará hasta enero o febrero". Hasta esa fecha, los trabajadores "no dispondrán de la documentación que necesitan para cobrar la prestación por desempleo", explica el portavoz sindical.

Los 18 trabajadores afectados reconocen que se sienten totalmente descorazonados. Esta "maniobra" de la empresa alarga aún más una situación "muy difícil", reconoce el portavoz de los trabajadores, Juan Brito. "Llevamos dos meses sin que entre un duro en nuestras casas", porque tras la retirada del servicio a su empresa y la negativa de la nueva concesionaria a subrogar sus puestos de trabajo, se encuentran en "un vacío" y hasta ahora, "no han cobrado ni la indemnización, ni la prestación, ni los salarios que le correspondían, ni tienen derecho a presentar ningún tipo de documentación para poder cobrar porque no la poseen", explica el portavoz sindical.

Esto ha provocado que "algunos hayan tenido que volver a vivir con familiares" porque no pueden hacer frente a sus pagos, y que el sindicato FSOC haya abierto "una caja de resistencia" para ayudarles a hacer frente a los pagos.

Su última esperanza era la vista prevista para hoy. De haberse celebrado, la sentencia se hubiera publicado en las próximas semanas y "hubiéramos tenido unas Navidades tranquilos", sobre todo pensando "en los niños", explica Brito.