Cuadros pintados por marineros rusos no se sabe bien en qué puertos; unas All Star de pana que harían las delicias de cualquier moderno adicto a las zapatillas; anillos con piedras de colores ambarinos que te remontan a otras latitudes... El Muelle Deportivo de la capital grancanaria se vistió ayer de mercadillo marino para recaudar fondos y adquirir material escolar con la finalidad de distribuirlo entre los niños necesitados de países como Cabo Verde, Senegal y Brasil.

La iniciativa, organizada por la ONG Correos del Mar, congregó a menos gente de la esperada, según su presidenta, Martah Hezemans. Pero el trasiego de público fue suficiente para obtener un buen pellizco solidario. "Nos hemos dejado unos 30 euros en colonias, estuches de maquillaje y esponjas para limpiar zapatos", asegura Víctor Montesdeoca mientras abre la bolsa para enseñar los artículos. "Hemos venido a echar una mano", apuntala en coro el resto de la familia.

En ese momento llega otra compradora y pregunta el precio del caballo de peluche del que se ha enamorado su hija. La atiende Sarah Bernal, una joven voluntaria que no ha parado en toda la mañana de vender objetos extraños, desde jarrones con formas egipcias hasta viejas latas de Coca-Cola, planos de navegación y radios antiguas, aunque para curiosidades los menús que consumieron los pasajeros de un crucero en algún mes del año 1951.

Otra voluntaria, Pilar, confiesa que lleva gastados 30 euros sólo en bisutería, al tiempo que la responsable de la ONG, Martah Hezemans, negocia el precio de uno de los anillos. "Ése se lo puedes dejar a tres euros", le responde a la amiga que la ayuda en las ventas.

Hezemans explica que se trata del tercer mercadillo que monta su organización. Las pertenencias fueron cedidas por las tripulaciones de la regata ARC que partieron recientemente del Muelle Deportivo para dar la vuelta al mundo.