La Provincia - Diario de Las Palmas

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Objetivo conseguido, la integración

Unos 30 alumnos recibieron la orla al superar el programa para alcanzar la educación ordinaria

Sonrisas en la entrega de diplomas.

Nerviosismo e ilusión. Eso fue lo que se respiró ayer en la Ciudad de San Juan de Dios en una mañana mágica para los casi 30 niños que finalizaron el programa de la Escuela Infantil de Intervención Temprana del hospital, que conseguirá reintegrarles a la educación ordinaria. Porque estos chavales son especiales, y como tal fueron tratados durante estos meses de aprendizaje. En esta escuela, los chicos con discapacidad diagnosticada de entre cero y tres años inician su avance hacia un futuro prometedor que les haga ingresar en la normalidad de la sociedad.

Para los padres también supone un respiro con el que pueden "conciliar su vida personal con su vida profesional", como destacó Sabina Ramírez, la directora pedagógica de la Escuela. Ese es el mayo regalo que San Juan de Dios le hizo a Carmen Luján, madre de una de las alumnas que se graduaron, que afirmó que en un principio su hija acudía a tratarse al Hospital Militar, lo que le suponía "estar pidiendo favores constantemente, tratando de compatibilizar mi trabajo con esto, pero era muy difícil". Según Luján, su hija de tres años ha avanzado muchísimo, sentando las bases "para que continúe su formación en un centro normal, un centro público ordinario".

Todos los padres sienten un profundo agradecimiento por la labor que ejerce el centro hospitalario. "Realizan una gran labor, gracias a que está San Juan de Dios mi hijo ha dado un gran avance en este su primer año de terapias", explicó Cristo, uno de los padres de los chavales que continuarán el próximo curso asistiendo a las clases "con el objetivo de que a los seis años pueda ir a un colegio normal". También agradece Luján a la Escuela todo el trabajo que llevan a cabo "apoyando no solo el desarrollo de los niños sino también el estado emocional de los padres, porque hay momentos de altibajos en los que uno tiene incertidumbre, un desconcierto sobre qué va a pasar y adónde va a llegar tu hija".

Llegó la hora de los menores, que eran protagonistas de un encuentro muy emotivo en el que los padres se mostraban visiblemente emocionados. Tras un vídeo resumen con imágenes de los niños en sus clases y actividades del presente curso, cada chico fue subiendo al escenario para recoger su graduación. Algunos más tímidos que otros, el gesto que más se repitió por el salón de actos fue el de los padres que se recogían sus babas.

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