Señor Presidente del Gobierno de Canarias: llevo tiempo reflexionando sobre cómo abordar un análisis objetivo sobre sus reiterados discursos referentes a "lo nuestro" en directa referencia a los intereses canarios, que usted ve amenazados por distintos agentes económicos y administraciones, y que es secundado -o acaso precedido- por otros dirigentes empresariales y políticos de Canarias.

Le he escuchado defender pública y vehementemente a sectores económicos concretos: el sector primario y el industrial, arengando en los distintos foros al consumo de productos canarios sean cuales fueren las condiciones -referidas especialmente a las económicas-.

Cuando usted, señor presidente, habla de productos canarios, hace referencia al plátano, al tomate, a la papa, a la carne de cerdo, pero también a todos los productos elaborados por la industria transformadora canaria. Recientemente, usted ha incluido en su discurso al sector turístico, diría que, si no de manera más tibia, sí más tangencial.

Sin embargo, pese al tiempo que lleva de Presidente de Canarias, nada le he oído sobre otros subsectores tan importantes para nuestra economía como es el sector del comercio u otros subsectores que tiran de la economía, pero especialmente del empleo, en Canarias.

A todos nos consta, por los medios de comunicación y por las estadísticas, que el sector comercial en Canarias, a pesar de la severísima crisis que ha atravesado (y atraviesa) entre otros factores por la fuerte recesión del consumo, es el que menos empleo ha destruido.

El tejido del comercio en Canarias está compuesto en más de un 90% por pymes, micropymes y autónomos, que hacen un esfuerzo ímprobo por el mantenimiento de los puestos de trabajo que generan, que además en la inmensa mayoría de los casos tienen vinculado su patrimonio personal y familiar a la actividad empresarial, a pesar de no tener subvenciones públicas y del cierre de financiación que han soportado por parte de la banca.

Sus intermediaciones personales a nivel institucional con las entidades financieras para que facilitaran crédito, se han circunscrito a grandes empresas y sus gestiones para el mantenimiento de ayudas públicas, a los sectores anteriormente mencionados y, con similar intensidad, al sector turístico.

Todo esto me ha llevado a pensar si acaso usted considera que los empresarios del comercio, todos ellos, desde el estanco a la tienda de zapatos o de textil o de la distribución comercial (importadores y distribuidores), no los considera usted canarios; o peor aún, que la canariedad se pondera en base a la actividad económica a la que la persona (empresario o trabajador) esté vinculada.

La ausencia de defensa de un subsector como es el comercial (que también podría ser el de imprentas y artes gráficas, el de seguridad privada, el de publicidad o transportes) y la atribución de canariedad, por su parte, sólo a la industria, a la agricultura, a la ganadería y al turismo, me ha obligado a dirigirle este artículo.

Recientemente, y ante más de un centenar de personas en un conocido hotel de nuestra ciudad, dijo que había que obligar a consumir los productos industriales canarios aunque sean más caros, porque son los que generan valor añadido y empleo a Canarias; lo mismo o parecido, comenta, cuando se refiere al sector primario. Y esto precisamente, es lo que más me preocupa, ya que no se trata de defender sectores o subsectores económicos, sino de defender la verdad y el interés general de Canarias, como presidente de esta comunidad autónoma, ¿o acaso no genera valor añadido una imprenta, un distribuidor o un publicista?

Me gustaría que me explicara, Señor Rivero, cuándo y porqué perdieron la condición de canarios los más de ciento treinta mil empleados que trabajan en el sector comercial, que nacieron, se educaron y viven y trabajan en nuestras islas en el sector comercial, así como de los empresarios canarios del sector comercial o del resto de sectores citados.

Y no me entienda mal, en absoluto esto va dirigido como queja hacia los sectores que usted defiende, no en vano, he sido trabajador y empresario del sector primario -agricultor-, y en la actualidad mi empresa no sólo es distribuidora comercial, sino también es industria transformadora agroalimentaria; lo que no entiendo es su parcialidad, viendo lo que está sufriendo el sector comercial.

Podríamos preguntarnos por qué no han cerrado más negocios comerciales en Canarias, si lo están pasando tan mal, si se les ha negado la financiación por parte de las entidades bancarias, si no tienen ayudas de ningún tipo; pues bien, la respuesta es muy sencilla señor Presidente, porque es el único sustento que tienen y, además, porque su patrimonio personal y familiar está vinculado a su empresa, lo que les impide cerrar y dedicarse a otra actividad, a pesar de la falta de ventas y de liquidez (lo que se ha dado en llamar empresas "zombies"); están cautivos de sus empresas, no tienen libertad para cerrar y empezar de nuevo, puesto que con sus casas responden ante la Banca, ante la Seguridad Social y ante Hacienda.

Por ejemplo, señor Presidente, ¿usted sabe que las industrias agroalimentarias canarias (que son las que usted legítimamente defiende) en su mayoría son sociedades mercantiles anónimas, es decir, que los socios accionistas tienen salvaguardado su patrimonio personal y familiar si la actividad empresarial falla?, ¿e incluso, que algunas de ellas, sus accionistas y órganos de administración son de capital no canario (peninsular, europeo o de terceros países)?; yo me pregunto: ¿es más canario un trabajador de una industria situada en Canarias pero de capital holandés, cuyos beneficios después de impuestos se van íntegramente a reparto de dividendos, que un canario trabajador de un comercio local que lleva dos años en pérdidas y que aún así mantiene su empleo? Esto es lo que usted parece transmitir en sus actos, gestiones y discursos.

Presumo que conoce perfectamente la realidad económica de nuestras islas, y por tanto, sabe que el sector comercial lleva en caída libre un importante número de años; el consumo en todo este período sigue sin remontar (los dos últimos meses apenas unas décimas de punto), a pesar de lo cual sigue siendo el que más empleo genera en Canarias. ¿Por qué entonces ese menosprecio suyo a los sectores que no entran bajo su discurso?

No se puede gobernar para unos, en detrimentos de otros, porque todos conformamos Canarias.

Me gustaría saber qué planteamiento recoge su Gobierno para el sector comercial respecto al Régimen Económico y Fiscal de Canarias, si piensa modificar la imposición indirecta para que se mejore el consumo y la competitividad de los precios, si va a plantear con el mismo énfasis que para los otros sectores ayudas a la comercialización€ en definitiva, para simplificar: ¿somos iguales todos los canarios? ¿prefiere usted a unos canarios que a otros?

Estas preguntas debe responderlas usted, señor Rivero, no olvidando que es Presidente, sí, pero de todos los canarios.

(*) Presidente de Rodrigonsa