Opinión | Reflexión

Rompiendo el estigma: psoriasis en las aulas

Típica "herida" de la psoriasis en el codo

Típica "herida" de la psoriasis en el codo / Imagen: Haley Otman

Soy Esteban Santana, maestro de Primaria en Las Palmas de Gran Canaria, y llevo 35 años viviendo con psoriasis. Esta semana tuve la oportunidad de asistir a la proyección de «Nina de la oscuridad a la luz», una película que trata sobre esta enfermedad que, aunque no siempre lo parece, porque es la enfermedad escondida, afecta a muchas personas en todo el mundo. Quiero compartir con ustedes algunas reflexiones sobre la importancia de visibilizar la psoriasis y cómo podríamos actuar desde el ámbito educativo para concienciar a la sociedad.

La psoriasis es mucho más que una simple afección cutánea. Detrás de esas manchas rojas y escamosas hay historias de lucha, de autoaceptación y de batallas diarias contra el estigma y la ignorancia. Durante años, he vivido con esta condición, enfrentándome a miradas de asombro, preguntas incómodas y hasta comentarios insensibles. Pero también he aprendido a aceptarme a mí mismo, a valorar mi fuerza interior y a no dejar que una enfermedad determine quién soy.

Sin embargo, sé que no todos tenemos la misma fortaleza o el mismo apoyo. Muchas personas con psoriasis se sienten avergonzadas, incomprendidas y marginadas. Por eso es crucial que la sociedad conozca y entienda esta enfermedad, que sepan que no es contagiosa ni es resultado de una mala higiene, sino que merece comprensión y empatía.

Aquí es donde entra en juego el papel educativo. Como educadores, tenemos la responsabilidad de no solo enseñar matemáticas y ciencias, sino también valores de respeto, tolerancia y aceptación de la diversidad. Incorporar el conocimiento de la psoriasis y otras enfermedades en nuestras aulas, sensibilizando a nuestro alumnado desde una edad temprana sobre la importancia de no juzgar a los demás por su apariencia externa y de ser compasivos con aquellos que se enfrentan cada día a un desafío médico.

Además, podemos crear un entorno escolar inclusivo donde los niños con psoriasis se sientan seguros y apoyados. Esto implica no solo brindarles los recursos y servicios adecuados, sino también fomentar una cultura de aceptación y apoyo entre sus compañeros de colegio. La educación no se trata solo de transmitir conocimientos académicos, sino también de formar personas que contribuyan a una sociedad más justa y respetuosa.

La película «Nina de la oscuridad a la luz» pone el foco en la realidad de vivir con psoriasis al mostrar el impacto emocional y psicológico que puede tener en la vida de una persona. Pero no podemos depender solo del cine o los medios de comunicación para sensibilizar a la sociedad. Todos tenemos un papel que desempeñar, ya sea como educadores, padres, amigos o simplemente como seres humanos, en romper el estigma y crear un mundo más inclusivo para quienes vivimos con psoriasis y otras enfermedades «invisibles».

Para implementar proyectos sobre concienciación en las aulas, es crucial comenzar por educar a los propios docentes y personal escolar sobre la psoriasis y otras condiciones de salud. Habría que incluir sesiones de formación específicas, recursos educativos y la invitación de profesionales de la salud para hablar sobre el tema.

Además, se pueden organizar actividades prácticas y creativas en el aula para involucrar al alumnado en la sensibilización sobre la psoriasis. Por ejemplo, podríamos realizar campañas de concienciación, donde los alumnos diseñen carteles informativos, preparen presentaciones sobre la psoriasis para compartir con sus compañeros, realicen programas de radio o incluso organicen eventos de recaudación de fondos para apoyar organizaciones que trabajan en este campo. Estas actividades no solo ayudan a difundir el conocimiento sobre la psoriasis, sino que también promueven habilidades de liderazgo, empatía y trabajo en equipo entre el alumnado.

En definitiva, visibilizar la psoriasis y realizar acciones desde el ámbito educativo son pasos fundamentales para crear una sociedad más comprensiva y empática. Como maestro, como paciente de psorisis pero sobre todo como persona, estoy comprometido a seguir promoviendo la conciencia y la aceptación de esta enfermedad, y espero que juntos podamos construir un futuro donde todos podamos vivir con dignidad y respeto, independientemente de nuestra condición de salud.