La diosa hindú de la buena fortuna, Lakshmi, regresó ayer a la urbanización de Sonnenland, en San Bartolomé de Tirajana, con un décimo de lotería de Navidad valorado en 125.000 euros en la maleta. Tras descubrir el pasado mes de octubre la administración de Navin Tikandas, en la que repartió un millón de euros en la primera lluvia de millones de España, la divinidad decidió repetir estancia en el Sur con un billete agraciado con el segundo premio del sorteo nacional.
Tikandas (Bombay, 1973) despide el año con un nudo en la garganta. La emoción apenas le dejaba ayer articular palabra en su local de la calle Isaac Peral. "Estoy muy emocionado", balbuceó junto a su hermano Prince tras enterarse que había vendido un décimo del segundo premio de la Lotería de Navidad.
Como de costumbre , a las 8.30 horas, este vecino de San Fernando de Maspalomas se dirigió a su puesto de trabajo tras realizar algunas gestiones. Sin haber llegado a Sonnenland, su móvil comenzó a sonar de manera insistente. Al otro lado de la línea telefónica, la voz agitada de su hermano le alegró no solo "la mañana" sino también los "días que quedan del año" al comunicarle que el terminal de su administración había repartido suerte una vez más entre sus clientes.
Con el corazón revolucionado a 10.000 pulsaciones por hora, Tikandas llegó a su bazar con una sonrisa de oreja a oreja. Allí le esperaban su tío, que no quiso perderse "por nada del mundo" la fiesta familiar en la administración, y una cola de clientes más larga de lo habitual.
"Solo espero haber hecho feliz a mi gente, a los que viven en el barrio, que después de tantos años de crisis, paro y disgustos ya es hora de que la buena racha se quede entre nosotros", espetó el lotero en la puerta de su local tras inspirar algo de aire puro.
En los últimos meses, este lotero de origen indio se ha convertido en el talismán de visitantes y residentes de San Bartolomé de Tirajana.
Apostó por dedicarse a la gestión del receptor 44670 hace apenas tres años. "El comercio local es un sector en el que me apete-cía probar suerte", confesó con una sonrisa, y parece que al final hasta la fortuna de su país de origen le ha sonreído en más de una ocasión.
Durante este tiempo ha repartido premios "pequeños" valorados en 3.000 y 10.000 euros. Sin embargo, el gran día llegó el pasado 30 de octubre cuando su máquina expendedora emitió una de las 25 combinaciones ganadoras de la primera lluvia de millones que se sorteaba en España. El acertante de la serie se llevó a casa un millón de euros. "Aquel día, igual que hoy, me sentí el hombre más feliz del mundo", agregó Tikandas.
Como en aquella ocasión, ninguno de sus clientes se acercó ayer a la administración para identificarse como el agraciado. Incluso, "puede que el premio se lo haya llevado a casa algún visitante peninsular, ya que este sorteo goza de gran popularidad entre los turistas de la temporada de verano", advirtió el lotero.
