Dos empleados del servicio de recogida de basura de Artenara resultaron ayer heridos al precipitarse a primera hora de la mañana el camión de recogida de residuos, que conducía uno de ellos, por un barranco en el barrio de Las Peñas. Al parecer, la lluvia y sobre todo la niebla complicaban mucho la circulación por esta vía de Tejeda y se estima que precisamente ese fue el motivo por el que el vehículo, de gran tonelaje, se salió de la vía y se despeñó por un barranco que se encuentra a unos 150 metros de profundidad. Pese a lo aparatoso del accidente, los empleados, que fueron ayer atendidos en la unidad de traumatología del Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín, sólo sufrieron policontusiones de carácter menos grave en el caso del conductor, Antonio Jorge Medina, de 37 años, y contusiones de carácter leve en un brazo en el caso de Roberto Godoy Mendoza, de 24 años.

Con todo, fue necesaria la intervención de los bomberos del puesto del Consorcio de Emergencias de Tejeda para rescatar al conductor del camión, ya que quedó con las piernas enterradas entre piedras y maleza, delante de la cabina del vehículo. Casi 40 minutos precisaron los bomberos para liberar al conductor, ya que tuvieron que utilizar unas tijeras mecánicas para cortar algunas piezas del camión. El otro empleado, Roberto Godoy, según él mismo contó a los equipos sanitarios casi en medio del shock que sufrió debido al accidente, pudo saltar del vehículo nada más apreciar desde la parte trasera en la que iba colgado que el camión se despeñaba.

El estruendo que causó el impacto del Scania sorprendió ayer a los vecinos. "Se oyó un cataplum bajando por la loma, pero era tanta la bruma a esa hora de la mañana que no vimos nada", cuentan los testigos. Hasta llegaron a pensar "que había alguien arando, pero resulta que cuando está el campo mojado, no se puede arar, así que cuando se fue la neblina es cuando nos llevamos la sorpresa".

A medida que pasaban las horas se iba incrementando el trasiego. Filas de personas que residen, o pasan sus fines de semana, en la intrincada geografía de Las Arbejas, Las Peñas o también del casco urbano del municipio se acercaban, a coche y en filas a pie, al lugar de la riscadera, o como decía un curioso, a ver "el camión de Artenara que quedó para la basura".