La mujer de Juan Betancor, el abogado de 72 años que fue asesinado el pasado domingo en el interior de una finca de su propiedad en Santa Brígida por un trabajador suyo que lo quemó y después lo encerró en un aljibe, no quería que avisaran a la Policía. «Si llamas a la Policía lo mata», le dijo a la vecina de Gamonal Alto que la atendió en primera instancia al verla muy nerviosa por una carretera.

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Lugar del crimen de Juan Betancor Juan Castro

Antonio, el autor confeso del crimen, se lo había advertido, que si veía presencia policial iba a matar al letrado. La vecina, cuando llamó a la Guardia Civil, avisó de estas amenazas y por ello las patrullas de la Policía Local de Santa Brígida que actuaron en primera instancia tuvieron que acudir sin las señales acústicas, según declaró la testigo al programa de televisión Buenas Tardes Canarias. Sin embargo, cuando una pareja de agentes se acercaron a la zona vieron al ahora detenido por un delito de homicidio caminando tan tranquilo por una carretera, a unos 600 metros de donde habían ocurrido los hechos, y admitiendo que había quemado al hombre que le había dado cobijo durante los últimos 17 años tras quedarse sin trabajo y sin pareja.

La esposa de la víctima fue la que guio a la otra patrulla hasta la finca, que se encuentra situada después de una carretera de hormigón. Esta, junto a las dos policías, ayudó a sacar a Juan Betancor del depósito, en el que se encontraba sujeto a un saliente para evitar ahogarse ya que no hacía pie. Entre las tres mujeres y con el uso de una escalera consiguieron rescatar al abogado, quien desde un inicio presentaba quemaduras muy graves, que le afectaba el 80% de su cuerpo y que hicieron que tuviera que ser derivado de urgencias, esa misma noche, hasta la unidad de quemados del Hospital La Paz de Madrid en un avión medicalizado del Servicio de Urgencias Canario (SUC). Los médicos, desde un inicio, informaron a la familia de que el estado del abogado era crítico.