Pasó la feria de Londres como todos esperábamos, vanagloriándonos de lo buenos que somos y de lo bien que lo hacemos. Incluso, alguien llegó a comentar que los clientes están dispuestos a pagar cuarenta euros más por venir a Canarias que por ir a Egipto o Túnez. Y es verdad, para aquellos que no deseen jugar a la ruleta rusa.
No nos cansaremos de repetir que estos años de gloria, o de préstamos de clientes, deben ser años de grandes estrategias, años de nuevas técnicas de ventas y de menos dependencias con la turoperación y los intermediarios turísticos. Esto no quiere decir que no continúe siendo un buen canal de venta, pero no debe ser, como es actualmente, un monocultivo.
Nuestras técnicas de ventas deben girar a captar a un cliente directo en una Europa doméstica, a través de aquellos eventos que suceden en nuestras islas, ya sean la TransGranCanaria, los Carnavales, el Festival de Jazz, de Ópera, la ARC, etc.
Cuanto más segmentemos y mayor sea la especialidad, mayor será la calidad del cliente y mayor será el precio que está dispuesto a pagar. Nuestro destino debe girar hacia la especialización de aquellas actividades que nuestros clientes pueden y desean desarrollar en nuestra isla. Una isla para reuniones, para festivales, para entrenamientos profesionales y amateur. Una especialidad que nos liberará de la habitual guerra de precios, cuando estos destinos abatidos por los atentados terroristas comiencen a recuperarse. Las tardes de gloria pueden en breve llegar a su fin, nos estamos preparando para ello.
