Álvaro Valles deja de parar y Las Palmas baja de la nube

La mala racha de resultados de la UD, con dos puntos de 18, coincide con la disminución de paradas del sevillano

81 de sus 90 intervenciones las registró antes del inicio de febrero

El árbitro Busquets Ferrer muestra la tarjeta roja a Álvaro Valles por su entrada a Rapinha en el Barça-UD del sábado pasado. |

El árbitro Busquets Ferrer muestra la tarjeta roja a Álvaro Valles por su entrada a Rapinha en el Barça-UD del sábado pasado. | / JOAN MONFORT

Álvaro Valles atraviesa su peor momento de la temporada. La tarjeta roja que vio el sábado pasado en el partido frente al Barça en Montjuic (1-0) no hizo sino refrendar el bajón que ha experimentado en los últimos meses. En realidad, la caída ha sido de todo el equipo en general, pero la suya se ha notado aún más si cabe precisamente porque gran parte del éxito de los amarillos hasta entonces se fundamentaba en sus grandes actuaciones. De alguna manera, cuando ha dejado de parar, la realidad de la UD Las Palmas ha salido a flote.

Hay un punto de inflexión: la cita frente al Atlético de Madrid en el Cívitas Metropolitano el pasado 17 de febrero. Aquella tarde el cuadro amarillo fue vapuleado por el Atlético de Madrid, con muchas rotaciones en su once inicial –visitaba al Inter de Milán días después– pero que se benefició de los errores defensivos y de la sobradez de la UD a la hora de sacar el balón para marcar dos tantos –ambos del improvisado delantero Marcos Llorente– en 20 minutos y liquidar el choque ante un rival que venía de ganar al Valencia y de sellar su salvación, y que tenía los puestos europeos a tiro, aunque nunca tuvo –ni tiene– la ambición de alcanzarlos.

Fue el partido en que Valles recibió más disparos entre palos y menos paró: el balance, 7-2. En las jornadas posteriores se dio la circunstancia de que el portero titular amarillo registró los números de intervenciones más bajos del curso. Así, contra Osasuna, Athletic Club, Almería y Barcelona –en este caso en los 25 minutos que disputó antes de ser expulsado– sumó una sola parada en dos tiros a puerta de cada unos de los rivales, mientras que el Getafe le metió tres de cinco, por lo que el sevillano sólo detuvo dos chuts.

Curiosamente, desde febrero, con las excepciones de los duelos contra el Atlético y el Getafe, la UD nunca recibió más de tres disparos entre palos –antes de la visita al Metropolitano, el Valencia y el Granada sólo lo hicieron en una ocasión–. En Los Cármenes, además, fue la primera vez que el de La Rinconada acabó un partido sin registrar una sola intervención, aunque el choque estuvo condicionado por la expulsión de un rival en los instantes iniciales. En cambio, hasta que acabó enero la cosa fue bien distinta.

Tres o más

Porque con la excepción de la jornada inaugural ante el Mallorca, la tercera frente a la Real Sociedad y la sexta contra el Granada, todas ellas con la UD como local, el equipo amarillo siempre recibió tres o más disparos en su portería, y si no recibió más goles, fue por las actuaciones sobresalientes de Álvaro Valles, que registró antes de febrero 81 de sus 90 paradas en 30 partidos disputados hasta ahora.

Sus tres mejores partidos fueron en tres campos importantes de Primera. Su mejor registro fue en San Mamés, donde acumuló un total de nueve paradas en 10 tiros entre palos, entre ellas un penalti que paró a Guruzeta en la primera parte. Aun con la enorme actuación del guardameta, Las Palmas no pude llevarse nada de Bilbao: cayó (1-0) por un gol de Unai Gómez en la última jugada del descuento.

Antes, en septiembre, Valles había dejado su sello en el Santiago Bernabéu, donde sumó siete paradas en el duelo que el Real Madrid venció con suma comodidad (2-0) con los goles de Brahim y Joselu, y en el Ramón Sánchez-Pizjuán, donde registró ocho intervenciones en un partido que el Sevilla ganó gracias a un tanto de Lukebakio en el tramo final.

En esos tres casos la UD siempre perdió, pero si entonces las actuaciones del sevillano sirvieron para que el equipo no saliera goleado, en otras fueron fundamentales para que se llevara la victoria, como por ejemplo en las citas ante el Villarreal, con cuatro tiros entre palos y tres paradas, el Almería (4-3), el Atlético de Madrid (5-4), el Getafe (4-4) y el Alavés. Ese día en Mendizorroza, Valles fue un pulpo: le tiraron cinco veces a puerta y paró los cinco tiros.

Cabe destacar que, más allá de los lanzamientos entre palos, de los que 101 del total de 123 fueron antes de febrero, el equipo amarillo recibió en su contra muchos más disparos que se marcharon fuera o que fueron rechazados, sin contar con algunas intervenciones del portero que evitaron que una ocasión clara del rival acabara en gol.

Así, Las Palmas vivió durante buena parte de la temporada en una falsa solidez defensiva. En realidad, era Valles quien sostenía al equipo con sus intervenciones que no sólo evitaban goles de los rivales, sino que también permitían rentabilizar los propios, que no fueron muchos.

Ahora que el de La Rinconada ha dejado de parar como lo hacía antes, los resultados han dejado de llegar, porque la producción ofensiva del equipo, intermitente durante toda la temporada, tampoco ha variado. Más allá de que Las Palmas sume un número alto de disparos en la mayoría de partidos, estos no han solido ser de gran peligro. En cualquier caso, donde no hay duda es en el pobre bagaje goleador de los últimos tiempos: el cuadro amarillo suma ya 303 minutos sin ver portería –el último gol que marcó fue el de Munir, en Getafe, el 2 de marzo.

Por todo ellos la actuación global de la UD Las Palmas transcurridas 30 jornadas del campeonato no puede ser más que meritoria, porque haberse salvado de manera virtual desde finales de enero cuando recibía tantas ocasiones de gol y marcaba tan poco era por muchos inesperado. Sea como fuere, el equipo isleño hizo los deberes con antelación y ahora vive en una situación cómoda en la tabla. Por delante tiene ocho partidos para intentar defender el prestigio que ganó en cinco meses de competición y que ha perdido en las últimas semanas.

El bajón de Valles es el bajón de todos. El portero, incluido en la prelista del seleccionador Luis de la Fuente en marzo, ha dejado de parar y el equipo ya no es el mismo. El próximo partido, el domingo 14 de abril frente al Sevilla en el Gran Canaria (13.00 horas), lo verá desde el palco de jugadores por estar sancionado. En principio, volverá en Vigo para disputar sus últimos siete partidos como amarillo, porque será traspasado. Y querrá recuperar el caché perdido.

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