El Real Madrid de baloncesto acaba de ganar la Liga, la Copa, la Euroliga y la Supercopa. Es el que dirige Pablo Laso pero el recuerdo del grancanario Carmelo Cabrera permanece inalterable en una generación que sigue añorando aquellas gestas deportivas y las revive con los triunfos de hoy. Cualquier tiempo pasado nos hace más jóvenes. Carmelo Cabrera, Brabender, Luyk, Paniagua, Corbalán… Era el baloncesto. Aquellos años en los que perdimos la inocencia, en otra España, el Madrid ganaba todo y hacía triples, fuera de la cancha, claro, con copas en España y Europa. Carmelo Cabrera está por aquí cerca. Se le encuentra por los pasillos de LA PROVINCIA/DLP, en el Gran Canaria Arena, en las calles de la capital. Forma parte de la leyenda del club que encumbró Santiago Bernabeu. Ese que ganaba cinco copas de Europa de fútbol seguidas y al año siguiente, cuatro en baloncesto. Ahí estaba Carmelo Cabrera. Y aún está. Es suave, amable, saludador, mantiene su aspecto atlético y su espíritu madridista permanece inmaculado. Como los buenos maestros, Carmelo Cabrera enseña existiendo, con la virtud del ejemplo. Por esas y otras razones le acaban de hacer hijo predilecto de Las Palmas de Gran Canaria.