Nuevas zaleas, mismos carneros

Después de dos años de inactividad por las restricciones sanitarias, los Carneros volvieron a salir en estampida desde la rehabilitada Casa del Miedo para recorrer la calle de Tigaday tiznando con betún a cuantos visitantes y vecinos se encontraban por la calle. Ocurrió el Domingo de Carnaval y ayer volvieron a cumplir con el precepto que marca la tradición.

Iván Padrón, presidente de la recién constituida Asociación de Los Carneros de Tigaday, explica el importante proceso en la que está inmerso el colectivo. Por una parte, la constitución de la asociación, lo que le permite dar una entidad jurídica para defender esta tradición; en paralelo, la finalización de las obras de rehabilitación que se han desarrollado en la Casa del Miedo y que gracias al tiempo de pandemia no ha supuesto un contratiempo para los carneros, pues no han salido en este tiempo. Eso sí, en paralelo han buscado la colaboración tanto del Cabildo como del Gobierno canario para renovar las zaleas y las cabezas de los carneros que se vieron afectadas por el paso del tiempo y también por los trabajos de mejora en su sede. A estos apoyos se suma la joya de la corona que se está a la espera de la finalización: el Museo de los Carneros, cuyas instalaciones ya están finalizadas y están a la espera de mobiliario. Esto supondrá que el visitante o vecino que lo desee se podrá adentrar en los detalles sobre cómo surgió esta tradición y en qué consiste, explica Iván Padrón.

Fruto de ese compromiso por potenciar y mimar la tradición de los carneros, el presidente de la asociación recuerda que el Ayuntamiento de Frontera ha publicado esta edición un cómic, obra de Ricardo Fajardo, que explica los detalles de esta fiesta declarada Bien de Interés Cultural de Canarias hace cinco años. A pesar de que desde la asociación se insiste en la necesidad de mantener a salvo la identidad de los participantes en el colectivo, su presidente cuenta que para participar como carnero solo es necesario tener 18 años de edad, y los más veteranos llegan a tener 47 y 48; en el colectivo, algunos suman ya más de dos década dando viva a los carneros que recorrer los Domingos y Martes de Carnaval las calles de Tigaday.

En su mayoría son vecinos del municipio de Frontera, si bien se suman también en otras ediciones integrantes llegados de otras localidades; en esta edición no participa ninguna mujer, como sí ocurrió en las últimas ediciones.

La preparación física es clave para poder soportar los treinta quilos que pesa la zalea y la cabeza, así como los cencerros, elementos singulares de quienes se lanzan corriendo a la caza de su presa para tiznarlos con betún. Y es quien no sale manchado de negro, no puede presumir de haber vivido los Carneros de Tigaday.

Otra de las claves es cumplir con la serie y los compromisos que establece la asociación, además de respetar la tradición. Cuestión clave, contar con el respaldo de los integrantes, que reconocen en sus colaboradores más estrechos durante los quince días preparando las zaleas los aspirantes ideales para mantener la viva una tradición y única que atesora la isla de El Hierro.

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