Con pluma azul

¡Pero qué fiesta más connotada!

Estuvo animada por la música de un invisible DJ y las actuaciones de los artistas Gabriela Reyes y Drag Hefesto

Participantes en el desfile inaugural del carnaval de Agüimes.

Participantes en el desfile inaugural del carnaval de Agüimes. / LP / DLP

Kimba Ébola

Ayer o antesdeayer, la resaca no me deja recordar bien, fui a una fiesta muy connotada, donde la realeza, la nobleza y hasta la plebe estábamos presentes. Ya la entrada era un desfile de mascaritas de alto standing... Y yo, bueno, mi yo carnavalero, fea y pobre.

Había reinas, princesas, marineros, zíngaras, jedis, fulanas, Marías Antonietas, folclóricas, caballitos de mar, mexicanos y muchos, muchos indios. Las risas y bromas del carnaval de toda la vida, una fiesta como pocas, con buena gente. Este evento ya tiene sus años, organizado por Jimmy y Fran, dos amigos para sus amigos, con la mejor intención, que tengamos una divertida noche.

Estuvo animada por la música de un invisible DJ y las actuaciones de los artistas Gabriela Reyes y Drag Hefesto. El colofón fue la entrega de las diferentes bandas y cetros para los seleccionados en las diferentes secciones y se elegía finalmente a la Reina del Carnaval. Todo lujo de detalles: Gran Dama, clasificados, Miss Elegancia, premios a mejores disfraces por grupos e individuales; y finalmente el más merecido y mejor: Miss Hedionda. Maravilloso galardón que le fue concedido a la que les escribe. ¡No quepo de la emoción!

Esto conlleva que el año que viene deba asistir y me supere en belleza, para entregar banda y cetro a la futura ganadora de tal título.

¿Y a que viene todo esto? Pues querido lector, a que el carnaval es calle, sí, pero también fiesta para reír, para hacer cosas diferentes y que no nos atrevemos a desarrollar si no es en espacio con amigos y conocidos. La libertad y el respeto fueron los ingredientes del perfume con el que todos nos impregnamos esa noche.

Mereció la pena y quisiera agradecer a mi patrocinador el Todo a 100 de Tamaraceite, por su confianza. ¡No todas las noches te nombran hedionda!