Mascaritas entre sargos y salemas

Los carnavaleros demostraron este sábado en el transcurso del coso celebrado en Puerto del Rosario una enorme creatividad en la confección de sus disfraces. El humor y la alegría fueron los protagonistas de un evento que cada año reúne más gente en la cabalgata y en las calles.

La fauna marina aprovechó ayer la marea baja para quedar varada en las calles de Puerto del Rosario y participar en el tradicional coso del Carnaval capitalino. Sargos, salemas, jureles, gambas, lapas, pulpos, mejillones y, hasta alguna jaca, se pusieron su mejor disfraz para disfrutar del ‘Mundo Submarino’, alegoría con la que las carnestolondas portuenses han celebrado estas fiestas y que esta noche pone su broche de oro con la quema de la sardina.

También, los pescadores amarraron sus embarcaciones, no sólo por el mal estado del tiempo, sino porque no quisieron perderse la fiesta. Una gran número de barcas surcaron las vías de la capital.

Durante varias horas, el desfile fue seguido por cientos de personas que se agolpaban en las calles y espacios públicos vitoreando los artilugios que circulaban por la misma, donde no faltaron las comparsas, murgas, afilarmónicas, batucadas y grupos carnavaleros. Algunos de los grupos procedían de Lanzarote y de varios municipios majoreros.

Más de una treintena de carrozas y carromatos se concentraron, como ya viene siendo habitual en los Carnavales, en la calle Barquillo, en el popular barrio del Charco. Allí salieron por el orden establecido a través de un sorteo recorriendo las principales calles de la ciudad, entre ellas, la avenida marítima, para concluir el recorrido en el recinto ferial.

Sin embargo, fueron los carnavaleros y carnavaleras las que inundaron las calles con sus más variopintos disfraces, entre los que sobresalieron grupos de familias que se lanzaron a disfrutar del momento.

Una de las novedades de esta nueva edición se localiza en que el Ayuntamiento de Puerto del Rosario, a través de la Concejalía de Participación Ciudadana, confeccionó dos carroza para ponerla a disposición de los colectivos vecinales, que los propios vecinos se encargaron de confeccionar. Además, se prohibió con buena lógica la asistencia de animales a la cabalgata.

Llamó la atención varios grupos llegados del municipio de La Oliva, espècialmente de Corralejo, Lajares, Villaverde o del pueblo de La Oliva. Entre ellos, ‘Los piratas del Atlántico’ o la murga Las Sargorias, ganadoras del concurso insular de murgas.

La familia Castaño tampoco quiso perderse la cabalgata del Carnaval. Ataviados con la alegoría de ‘Pollitos’ eran 18 los miembros que desfilaron al ritmo de la música carnavalera que sonaba en cada calle.

El afamado artista Silvestre Chacón también participó en el coso con su grupo y junto a su familia. Silver, como se le conoce cariñosamente, es el decorador de algunos escenarios de la isla y colaborador con agrupaciones que participan cada año en el Carnaval.

Rafael Peña y su hijo también llegaron a la capital desde el municipio de Antigua. «A mis hijos les he inculcado el amor a los Carnavales desde pequeños. Este año hemos participado en casi todos los actos. Creo que ha sido unas buenas fiestas, salvo pequeños errores que se deben corregir de cara a próximas ediciones, aunque se ha visto este año muy buena participación».