La dispersión de la fiesta del Carnaval en varios puntos ha ahuyentado a los carnavaleros, lo que ha provocado una fuerte reducción de las ventas de los negocios del parque Santa Catalina y ha impedido a los chiringuitos de la plaza de la Música cubrir gastos. Los que peor lo han pasado han sido los 30 feriantes de El Rincón, que ayer levantaron sus negocios, porque cada día que pasa pierden dinero. Sólo los chiringays del Parque Romano y el Muelle Deportivo aseguraron estar contentos con los resultados obtenidos.

Los carnavaleros, por su parte, atribuyen la falta de público a la "privatización" de la fiesta y critican que ni siquiera se hayan montado conciertos en el parque Santa Catalina. Se quejan de las tremendas colas para entrar en los chiringays, la zona de la fiesta que ha tenido más éxito, y de las exageradas medidas de seguridad tanto aquí como en Las Arenas. El Ayuntamiento decidió el pasado lunes montar un concierto en el parque Santa Catalina, pese a que no estaba previsto, pero sólo acudieron varios centenares de personas, porque mucha gente no se enteró.

"Esto ha sido un fracaso absoluto", coincidieron ayer empresarios de la plaza de la Música y del parque Santa Catalina que no quisieron identificarse, un sentimiento que parece generalizado entre los carnavaleros, que destacan que lo mejor de este año ha sido el Carnaval de Día de Vegueta y el Tradicional. Varios dueños de los 40 chiringuitos de la plaza de la Música se estaban planteando ayer cerrar el kiosco. Uno de ellos lleva toda su vida montando el bochinche en Carnavales y aseguraba que éstas habían sido las "peores fiestas de su vida". La afluencia fue tan baja el viernes, sábado y el lunes que tuvo que tirar la carne que tenía preparada para hamburguesas y perritos calientes. "Le quedan 25 kilos de carne congelada, pero se está planteando abandonar", comentaba otro empresario, que se quejaba de que el Ayuntamiento "no ha hecho un estudio serio y responsable" a la hora de organizar las zonas de ocio carnavaleras.

"Lo único que ha funcionado bien aquí han sido los conciertos, con música bastante buena y dirigida a un público adulto, y la seguridad", aseguraba otro empresario de la plaza de la Música, que añadía que "los kioscos más pegados al mar, no creo que vayan a cubrir gastos. El que más ha facturado no ha superado los 1.500 euros", frente a la inversión que han tenido que realizar, superior a 3.400 euros.

Y es que a los 2.500 euros que han tenido que pagar para colocar el bochinche, hay que añadir los 500 euros de fianza, 350 euros de luz y 80 euros por el seguro. "La gente", dijo otro empresario, "hace el botellón fuera y cuando están ya colocados entran a bailar".

Cifras

Según las cifras facilitadas por el propio Ayuntamiento, el pasado viernes acudieron a la plaza de la Música 6.000 personas, una cifra que se situó en 25.000 personas el pasado sábado y en 20.000 el pasado lunes. Los chiringuitos necesitaron tres noches para igualar la afluencia de una sola noche en la zona del parque Santa Catalina, en los días más fuertes de años anteriores. "Algunos de los chiringuitos hicieron el lunes de Carnaval, que es uno de los días más fuertes, sólo 400 euros de caja y hubo otros que sólo hicieron cien euros".

La salida de los ventorrillos y los mogollones de Santa Catalina también ha hecho daño a los bares y restaurantes de la zona, que han sufrido una enorme reducción en la afluencia de gente, con respecto al pasado año. "No es lo mismo tener a 30.000 o 40.000 personas paseando por la zona, aunque luego vayan a los chiringuitos, que tener los 4.000 de este año" que acudieron a las galas o, como mucho, los 6.000 que se concentraron en la final de murgas.

Una vez terminaba el espectáculo, la mayor parte de la gente desaparecía, porque no había ambiente de fiesta en la zona. "El descenso en las ventas ha sido en torno al 50%", indicaron los empresarios que también han notado "bastante el descenso del turismo gay, un turismo carnavalero muy respetuoso y que consumía bastante, porque tienen un alto nivel adquisitivo".

"Los empresarios", añadieron, "ya le advertimos al Ayuntamiento que no era bueno dispersar la fiesta y que iba a ser una locura. Y lo que ha pasado estos días nos ha dado la razón. No ha sido bueno ni para nosotros y tampoco para los chiringuitos de El Rincón, un lugar que no tiene el arraigo que tiene el parque. No es fácil ir de La Isleta a Guanarteme a seguir la fiesta, aunque haya guaguas, que tampoco hubo tantas como se dijo".

Los hosteleros del Puerto plantean la necesidad de corregir el próximo año los errores de esta edición y creen que la solución está en instalar los chiringuitos en la explanada del Puerto, detrás del centro comercial El Muelle. "Con una barrera especial de seguridad se puede montar la fiesta. No era tan difícil hacer eso", se quejaron, aunque el Ayuntamiento descartó este sitio porque Puertos del Estado negó la autorización.

Los feriantes de El Rincón levantaban ayer sus puestos. Sólo quedaron unos cuantos, porque el barco que los lleva a la península sale el próximo martes. "El Ayuntamiento nos ha dejado aislados con el corte de tráfico y ha provocado pérdidas millonarias. Hay gente que se ha gastado más de 35.000 euros en el trayecto marítimo. Esto es una vergüenza. Han privatizado el Carnaval y además de las pérdidas millonarias, todo esto va en detrimento del pueblo, que no puede circular libremente. La gente está muy indignada", denunció Antonio Gil.