Niños vestidos de superhéroes, frenéticos bailes enfrascados de plumas y diamantes, tambores y un payaso en un escenario. Estas fueron las claves de la jornada que vivió ayer la calle mayor de Triana, en donde se celebró por primera vez un carnaval diurno. Los talleres infantiles (karaoke, pintura y maquillaje), los conciertos en el escenario frente a la escultura de Martín Chirino y el pasacalles fueron las actividades que dinamizaron esta gran fiesta, orientada en esta ocasión a los más pequeños y a sus familias. Sin embargo, faltó más música y sobró mucha confusión.

"Esto no parece que esté muy bien organizado, pero lo estamos pasando bien", afirmaron por la mañana una gran cantidad de familias. "Se supone que esto empezaba a las doce de la mañana, pero aquí no hay nada", sostuvieron por su parte algunos niños en la plaza Stagno, situada en la trasera del teatro Pérez Galdós, sin saber que en realidad no se iba a celebrar nada.

Familias de vaqueros, de sombrereros locos, de dragones y de guardianes espaciales se aglutinaron en este espacio con la intención de seguir a las comparsas y las batucadas que realizarían un recorrido a lo largo de Triana. Y no ocurrió, porque en realidad el pasacalles estaba programado para las cuatro de la tarde. "Pero si nosotros teníamos el programa en casa y en este se anunciaba que el carnaval comenzaba al mediodía, ¿qué habrá pasado?", señaló una señora enfundada en un traje de Minnie Mouse y un bebé con orejas de ratón en sus brazos. La respuesta es: un error interno y una mala comunicación.

Un error en la web

Tras una mañana confusa, en donde una gran parte de las mascaritas esperaron atentas la llegada de las batucadas Caribe creando escuela y Retumba ya y las comparsas infantiles Chiramay (tercer premio de 2019), Cubatao y Brisa de volcán, los organizadores de la fiesta sostuvieron que se había tratado de un error de comunicación interna. El horario fijado en la página web estuvo mal desde el principio, pero el aviso no llegó a la mayoría de carnavaleros. "Hemos estado toda la mañana aquí y ya no queremos seguir esperando, nos vamos sin ver el pasacalles", sostuvo enfadada Jennifer, vecina de la zona, que acudió junto a sus amigas y sus hijos al evento.

"Me parece que esto lo han organizado fatal, no ha habido apenas actividades durante toda la jornada ni música por la calle; entiendo que la batucada se organizara para la tarde, ¿pero el resto de horas?", añadió resoplando. A su lado Aisha, una niña de nueve años, respondió: "Yo creo que esto se podría mejorar muchísimo, no sé: da la sensación de que hay más vida en los bares y en las tiendas que en la propia calle". Su disfraz, de Audrey Hepburn. "Me encanta el cine y los carnavales, así que aprovecho para disfrazarme siempre de personajes de películas", explicó emocionada. Y como ella, amante del cine muchos y ante una situación desesperada, Los increíbles aparecieron en la escena. "Venimos para participar en el recorrido, pero nos acabamos de enterar que no se celebra", explicaron sorprendidos Cristian y Cira, padres de Leire, una niña de seis años, y Yoel, de un año y medio. Ataviados en los trajes de estos superhéroes del entorno pixeriano "Nos parecía muy buena idea que se organizase un carnaval familiar en Triana, así que apoyamos la idea y nos dedicaremos a pasear a ver qué encontramos por aquí", sostuvo Cira con la positividad y alegría propias de las carnestolendas. Y de este modo también lo percibió una familia de murgueros.

Francisco, Tania, Isis y Mar se visten cada año con motivos propios del carnaval. "Siempre imitamos a un murga o una comparsa, nos encanta", explican. Asimismo, sobre el primer carnaval diurno de Triana, afirmaron que "es una pena que no se hayan organizado bien, pero aún así lo apoyamos al cien por ciento y perdonamos la confusión por ser el primer año: a partir de ahora esto tiene que ir para arriba".

Celia e Israel, de seis y siete años, piensan casi igual. "Venimos de Tenerife para pasar los carnavales con nuestro primo, pero esto no es lo mismo", se encogen de hombros conformándose. Su primo Marcos, que es de Las Palmas de Gran Canaria, pone cara de circunstancias. Viste de Harry Potter, y quizá desearía trasformar Triana en una gran fiesta con su varita mágica para quedar bien ante sus familiares chicharreros.

"A mi lo que me gustan son las ferias, pero tendremos que esperar a que pase la comparsa", afirma la pequeña, que viste de Blancanieves. "Pienso que esto podría haberse hecho mucho mejor; aunque hay muchas mascaritas en la calle, y eso es la verdadera esencia del carnaval, falta música y más dinamización", afirma María, madre de Marcos.

"Estábamos en la zona del escenario y tuvimos que marcharnos porque el ambiente no era acorde para los niños, muchos jóvenes emborrachándose; si quieren evitar esas cosas deben centrarse realmente en las familias, y organizar algo bien hecho", declara rotunda.

Y es cierto que la zona de San Telde se llenó de jóvenes con ganas de juerga. Niños más mayores, pero quizá con menos cabeza y con ganas de otro de tipo de diversión. El ambiento no gustó a muchos asistentes, que esperaban de este evento un auténtico carnaval de familias. "No queremos que esto se convierta en otra Vegueta, la verdad", se comentó entre los padres que paseaban a sus hijos por el parque infantil.

Asimismo, quizá el viento que hizo durante la mañana provocó el aterrizaje insospechado de dos Mary Poppins. "Vinimos sin tener ni idea de lo que se organizaba, es que nos encantan los carnavales", sostiene María, madre de Lara. La pequeña tiene seis años, pero sujeta el paraguas de Mary Poppins con todo el arte de una mascarita adulta. "Me gusta más la primera película, la antigua", declara convencida y con toda la seriedad posible. "Aquí hay ambientillo, nos vamos a divertir", sostienen con alegría. "Nosotras vivimos por Triana, y que hagan un carnaval en el barrio nos parece fantástico", asegura porque "no hay que llorar, que la vida es un carnaval", como cantó Celia Cruz hace muchos años. Y, de hecho, las penas que había provocado la confusión matutina se disiparon en el momento justo en que los chicos de la batucada dieron el primer golpe a sus tambores.

Porque aunque los rumores corrieron rápido y las opiniones negativas se esparcieron durante la primera mitad del día, nada pudo con un buen espectáculo de comparsas y batucada. Un contoneo de caderas y mucho brillo. Cubatao y Brisa de Volcán (a falta de Chiramay) abrieron la calle mayor de Triana sobre las 16.30 horas, y todas las penas se disiparon en ese mismo instante.

"¡Chiquillos invéntense una coreografía, que parecen patos mareados!", exclamaba Rafaelillo El Clown desde la tarima tras invitar a un grupo de adolescentes con tutú al escenario.

Su función se sostuvo durante casi todo el día, pero a partir de las 18.00 horas les cedió el paso a las murgas. Los Chacho Tú, Las Crazy Trotas, Los Twitty's (tercer premio de vestuario en 2019) y Las Simpatikonas se enfrascaron en actuar frente a un vasto público que ya había olvidado los mareos del mediodía.