Después de haber empezado a leerse los libros de Harry Potter Amalia Falcón Rodríguez, de 10 años, tenía claro cuál sería la temática para el Carnaval. Así que ayer se colocó el uniforme de Gryffindor como el de Hermione Granger, mientras que sus padres, Alexis Falcón y Amelia Rodríguez, se metieron en la piel de los profesores Snape y McGonagall para disfrutar de la Gran Cabalgata del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria 2019 a donde no llegaron desde El Puertillo por arte de magia, pero casi. Y es que la familia construyó una versión del Hogwarts Express -el tren que traslada a los alumnos al colegio de Magia y Hechicería- para acudir al evento en el que no fueron los únicos personajes de la saga de J. K. Rowling.

De hecho, al lado de la pequeña Amelia está sentada en el vagón -al que no le faltan ruedas ni chimenea- su amiga Miriam Mateo Hidalgo. Ella, que también luce la vestimenta típica de la casa colegial a la que pertenecen el protagonista de los libros y sus amigos, ha decidido convertirse en Cho Chang mientras que su hermana pequeña, Alba, se ha transformado en Luna Lovegood con un enorme pelucón de pelo blanco. "De momento es la que más me gusta", confiesa la más chiquitina, de ocho años, sin separarse de su madre, Desirée Hidalgo, que va ataviada como la profesora de Adivinación, Sybill Trelawney.

Entre hechizos y lectura de runas, este mágico grupo disfruta junto a otros amigos del desfile que avanza hacia su destino final, el parque San Telmo. "Nosotros también hacemos el recorrido", explica Amelia Rodríguez poco antes de volverse a sumar a la fiesta que ha congregado desde temprano a miles de mascaritas en el entorno de Manuel Becerra y sus alrededores.

Estilo guacamayo

El color y la música inundan por completo las calles de La Isleta que han vuelto a vivir, como era antaño, el inicio de la cabalgata. Un regreso a los orígenes que a más de un vecino del barrio llena de alegría ya que permite disfrutar, casi en la puerta de casa, de uno de los eventos más esperados del Carnaval donde el mayor protagonista es el pueblo. De ahí que los haya como el grupo de Jussara Sánchez, Yaiza Perdomo, Primitiva Gallego, Sarabia Sánchez, Aída Ruiz, Jaqueline Falero, Vanessa Perdomo, Joseline Ruiz y Pedro Rodríguez, que no se una.

Los isleteros, fieles a una de las tradiciones que nació en su barrio, van de jarana en jarana. "Debería haber más Carnaval de Día para que puedan disfrutar más los niños", señala Yaiza, para quien este año ha estado mucho mejor porque ha habido una jornada más de fiesta diurna. Quién sabe si la próxima edición habrá más, pero por lo pronto ellos están disfrutando del desfile que han dio a ver convertidos divertidos guacamayos azules. Un diseño de Jussara que nació "de internet" y que también llevan los 'guacamayitos' del grupo: Eileen Ruano Sánchez, de siete años; Noemí Gallego Machín, de ocho; Briseida del Rosario Rodríguez Torres, de nueve y Aarón Calixto Perdomo, de 14.

Otro que no falta a la Gran Cabalgata es Lorenzo Jiménez Tejera que cada año se coloca a la cabeza del desfile, delante de las carrozas, para que le vea bien la gente. Para ello, esta edición se ha preparado un disfraz de "cavernícola- guanche" que, a pesar de lo sencillo que puede parecer a simple vista, tiene sus detalles. Por ejemplo "el hueso del jamón del año pasado" que lleva amarrado al cinto o las calaveras de cabra reales que decoran su bastón. No obstante, el toque lo dan las cabezas de las caballa que se comió "el jueves" con las que se ha hecho un collar al que no le falta ni el olor. Con suerte, igual sobreviven para las próximos carnavales. Y es que todavía quedan los de Telde y Maspalomas por delante.

La misma perspectiva tiene Marcos Hernández López. Un ferrallista también teldense que es un verdadero artista de los disfraces. Los materiales reciclados son los principales elementos con los que elabora las vestimentas que cada año causan sensación. Y no es para menos dado lo diferentes que son los trajes que ha hecho con discos de vinilo, pajitas de plástico, periódicos, fósforos y espejos que conserva a la perfección en una habitación de su casa. Este último, el más brillante, es precisamente el que eligió para el desfile de ayer al que acudió bien preparado. "Llevo cola en el maletín por si se me cae algún trozo y tengo que pegarlo", explicó divertido tras la máscara que también completaba un look inspirado en un anuncio de Liberty Seguros y hecho a base de trozos de copas, cds, papel de aluminio, o telas.

"Lo que más me gusta de todo es la cara de la gente cuando me ve", asegura quien desde que tiene lugar el pregón con el que arrancan la carnestolendas no se pierde una fiesta. "Hay a quién le gusta la pesca o la cacería, a mí me gusta el Carnaval y cada uno tiene que hacer lo que le hace feliz", apuntó antes de sumarse a la cabalgata cuyo recorrido tenía intención de hacer al completo ya que en San Telmo le esperaba su hija Andrea, de 12 años, a quien le prestó el disfraz de pajitas para que también fuese diferente.