Entrevista | El Típico de Tenerife El personaje anónimo más gracioso de la Isla

El Típico de Tenerife, el personaje anónimo más gracioso de la Isla: “Me gusta satirizar sobre nuestra forma de ser”

Más de 130.000 seguidores disfrutan con este personaje anónimo que comercializa su marca de ropa y anuncia la Agenda 2024

El Típico de Tenerife y una de sus características sudaderas

El Típico de Tenerife y una de sus características sudaderas / Con Estilo

N. A. B.

¿Se ha planteado alguna vez cómo habría sido el Típico de Tenerife sin el escaparate que ofrece el universo digital y sus 130.000 seguidores solo en Instagram?

Claramente no. Las redes sociales al final de por sí no son nada, no son buenas o malas. Son un lugar en el que puedes encontrar y exponer lo que quieras y todo depende de lo que busques y ofrezcas. Hay personas con una creatividad brutal, artistas increíbles, gente que hace cosas que te llenan de alguna manera, ya sea haciéndote reír o conmoviendo, o entreteniendo. En mi caso, simplemente pensé en un personaje y lo empecé a desarrollar con tweets; luego en formato cómic y, ocasionalmente, en animaciones sencillas. Seguramente, al no sentir correspondencia inmediata, no hubiera pensado que pudiera gustar a alguien. Ni tampoco me hubiera sentido con la motivación de empezar a diseñar mis propias prendas de ropa.

¿Tenemos cintura los canarios para reírnos de nosotros mismos?

Creo que sí; y mucho. Por lo menos lo que me toca vivir desde mi perspectiva. Mi personaje satiriza de manera exagerada una forma de ser reconocible en muchas personas de aquí (me incluyo), y siempre recibo un feedback de puro vacilón. 

¿Por qué ha decidido mantener el anonimato en este proyecto?

En primer lugar por mantener la creatividad. Me siento muy bien detrás del escenario y siento que es el lugar y la manera en la que puedo dejar fluir mis inquietudes creativas. Y sobre todo porque el protagonista es el personaje y su universo en viñetas y ficción, y es quien quiero que tenga el foco. Y en segundo lugar porque valoro mi privacidad y quiero poder diferenciar claramente estos dos mundos.

¿Le mola también dibujar?

Me encanta. Siempre fue mi pasión y mi hobby, y me planteé dedicar mi formación a ello. Pero académicamente me fui por otros ámbitos. Aunque me hace feliz que finalmente logré darle un espacio profesional y puedo reflejar esta afición en mis diseños para las prendas de ropa, que es donde verdaderamente vuelco el dibujo. La parte de viñetas es otro concepto.

¿Ha logrado sacar algún beneficio económico de esta iniciativa? Se lo pregunto porque, pese a la masiva interacción y uso de los usuarios, sigue siendo complicado obtener rentabilidad de los contenidos digitales debido a la filosofía del gratis total, con fuerte calado.

Yo no estoy de acuerdo en que impere una filosofía del gratis total. Ni mucho menos en volcar esa crítica a las personas usuarias. De hecho para estar con tu móvil viendo Instagram ya has pagado un móvil y estás pagando una de las cuotas de internet más caras de toda Europa. Si abrirnos un perfil en redes es gratis es porque nuestros datos valen dinero, y porque podemos ser expuestos gratuitamente a lo que las empresas decidan. Empresas gigantescas que, por cierto, ya es de sobra conocido que comercian con ellos. Por lo que vivo en primera persona, y por lo que hablo con compañeros y compañeras que son también proletarios de la creatividad, trasladaría la crítica del gratis total hacía arriba.

¿En qué sentido?

Todavía hoy, muchas de las propuestas para hacer, por ejemplo, una acción de publicidad en redes, siguen siendo planteadas casi como si fueran favores. Esa condescendencia en plan: “¡Mira qué gracioso lo que hace esta persona! Esto, como es una bobería que hace risa, pues no cuesta trabajo”. Eso se traduce en poco respeto por gente que tiene como oficio la creatividad, y es infravalorar un trabajo como cualquier otro. Antes además, lo normal era que una propuesta de acción en redes viniera ya trabajada por una agencia de publicidad, o por el propio cliente que solamente quería vincular su acción a una determinada cuenta. Ahora es la persona tras la cuenta la que piensa la idea, crea el guion, propone borradores, hace correcciones, lo ejecuta, lo publica, le hace seguimiento, se expone, y hasta vuelca los datos de la acción. Y luego viene el largo periodo de casi súplica para facturar todo este trabajo, la mayoría de veces infrapagado. Ahí sí existe el gratis total. En cuanto a mi beneficio económico, yo desde hace ocho años ya disfruto con ilusión de mi propio proyecto, que es mi ropa. Es mi trabajo principal.