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La bestia de la bella era guanche

La leyenda apunta que el matrimonio del tinerfeño Pedro González, que sufría de hipertricosis, con una dama de compañía de la reina Catalina de Francia pudo inspirar el cuento de ´La Bella y la Bestia´

La bestia de la bella era guanche

A la industria del cine, en su empeño por esquilmar historias productivas, le ha dado ahora por recuperar un clásico infantil: La Bella y la Bestia, una aventura de amor que Disney convirtió en éxito en los años 90 y que ahora regresa con personajes de carne y hueso -interpretados por Emma Watson y Dan Stevens bajo la dirección de Bill Condon- y un presupuesto de 300 millones de dólares. La trama -una joven hermosa, encerrada en un castillo para salvar a su padre, se enamora de un hombre con aspecto de animal- no presenta sorpresas, pero el origen de la fábula igual asombra por estos lares: la leyenda apunta que el matrimonio entre Pedro González, un guanche que sufría hipertricosis -las personas que padecen esta enfermedad tienen todo el cuerpo cubierto de vello-, con una dama de la corte del rey francés Enrique II inspiró el cuento en el que se basa la película.

La historia de Pedro González -sea o no el punto de origen de La Bella y la Bestia- es de por sí de película. Descendiente de menceyes, nació en Tenerife en 1537 y a los diez años fue enviado, como regalo, al rey francés Enrique II. En aquella época, cuentan los historiadores, era habitual que en las cortes europeas contaran con la presencia de personas peculiares. Y la presencia de un niño con hipertricosis no pasó desapercibida en París. Bautizado como el Salvaje Gentilhombre de Tenerife, el monarca se ocupó de su educación: fue instruido en Humanidades y Latín, recibió el título de ´Don´ por ser descendiente de un rey guanche y durante años ocupó el cargo de catador del rey.

Fue en Les Tournelles, residencia de Enrique II, donde Pedro González conoció a Catherine, una bella cortesana que, probablemente, ejerciera como dama de compañía de la reina Catalina de Médicis. Se casaron, en 1573, en París y fruto de ese matrimonio nacieron seis hijos -cuatro de los cuales también padecerían hipertricosis-. Su unión causó sensación en la época y, aunque nadie ha logrado certificar la relación, algunos historiadores creen que ese amor inspiró a Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve al escribir, casi dos siglos después, el cuento La Bella y la Bestia.

Tras la muerte de la reina, la familia al completo fue vendida al duque de Parma.

Un reparto de lujo

La película, que se estrena hoy (Yelmo Las Arenas, Cinesa El Muelle, Cinesa Siete Palmas, Artesiete Las Terrazas, Yelmo Vecindario y Multicines Monopol) está protagonizada por Emma Watson como Bella; Dan Stevens como la Bestia; Luke Evans como Gastón, el guapo, pero simple aldeano que corteja a Bella; Kevin Kline es Maurice, el excéntrico pero encantador padre de Bella; Josh Gad como LeFou, el sufrido ayuda de campo de Gastón; Ewan McGregor es Lumière, el candelabro; Stanley Tucci es el Maestro Cadenza, el clavicordio; Gugu Mbatha-Raw como Plumette, el plumero; Audra McDonald es Madame De Garderobe, el guardarropa; Ian McKellen es Din-Don, el reloj de la chimenea; y Emma Thompson es la Sra. Potts, la tetera.

Aun respetando en esencia la trama del cuento original, Bill Condon ha introducido ciertas novedades de las que es preciso hablar, pues no en balde rompen los esquemas tradicionales y, sobre todo algunas de ellas, que atañen a aspectos de la sexualidad. Y es que estamos ante el primer largometraje de Disney que incorpora un personaje abiertamente gay. Así, en esta historia veremos cómo Le Fou (Josh Gad) muestra sentimientos por Gastón (Luke Evans) que oscilan entre el deseo y la admiración, según ha declarado el realizador de la cinta en una entrevista para Attitude. "Es un personaje que un día quiere ser Gastón y otro día quiere besar a Gastón. Está confundido por lo que quiere. Es alguien que se está dando cuenta de que tiene estos sentimientos. Y Josh saca algo realmente sutil y delicioso de ello. Y eso tiene recompensa al final, que no desvelaré. Además de este primer momento gay, la nueva versión de La Bella y la Bestia tendrá otra escena novedosa para un filme no animado de Disney: el primer beso interracial. De hecho serán dos y los protagonistas de esta hazaña serán un personaje nuevo, el piano Cadenza (Stanley Tucci) y Madame de Garderobe.

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