La Provincia - Diario de Las Palmas

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ARQUITECTURA

Un diálogo entre arqueología y arquitectura

El desafío es cómo dar nuevos usos a los centros históricos y edificios en la ciudad

El Castillo de La Luz. LA PROVINCIA / DLP

La Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino inauguró su sede en 2015 en el renovada y ampliado espacio del Castillo de La Luz, magistral intervención del estudio de arquitectos Nieto Sobejano, que constituye una de las más originales y cabales obras de los últimos 50 años en la ciudad que lo cobija. Así lo demuestran los numerosos reconocimientos que ha recibido, tanto a nivel nacional como internacional.

La noción de arte en la actualidad incluye la incorporación de disciplinas que abordan la problemática de lo visual desde muchos puntos de vista. Nuestra Fundación, desde el principio, se erigió como una plataforma de arte y pensamiento, concebida no sólo como una privilegiada ventana desde la que contemplar y situar las diversas etapas de la obra de su fundador, sino también como un centro de Humanidades activo, abierto a la reflexión y el debate. En el siglo XXI, los centros de arte y museos se transforman en lugares que, además de espacios de exhibición, son ámbitos para la recepción de un público masivo y heterogéneo. Si a finales del siglo XX -a través de la expresión de la arquitectura contemporánea firmada por audaces arquitectos estrellas-, los museos fueron dramáticamente elevados a la estatura de catedrales, en el siglo XXI los museos y centros de arte deben incorporarse al ejercicio del estudio y el debate, con palabras actuales, sobre la propia problemática y el destino del arte contemporáneo.

Pero, complementariamente, la finalidad que da sentido a esta nueva Fundación canaria es contextualizar y promover el valioso legado de la cultura insular en el complejo mundo actual. Y para ello, la obra de Chirino, el artista canario con mayor proyección internacional, es un documento de primer orden. En un diálogo perfectamente escalonado, conforme al lema inicial, la contextualización abarca: Martín Chirino, las Islas Canarias y el Mundo.

La vitalidad de este proyecto radica en una corriente de las últimas décadas de dar nuevos usos a la problemática y el desafío de los centros históricos y edificios; se trata de ver cómo podemos mantenerlos, aumentarlos, reintroducirlos. La vitalidad económica y cultural está directamente referida a los planteamientos urbanísticos y las innovaciones arquitectónicas; es decir, justifica y promueve la arquitectura y la urbanística, pero también es empujada por ellas. Es el desafío de todas las dimensiones históricas en el mundo moderno, esto es, cómo convivir con la dinámica de transformación continúa de la civilización contemporánea, que requiere una reorganización y una reinvención competitiva.

La tendencia a una autosuficiencia basada en la conservación o reproducción es ilusoria. Nuestro objetivo tiene que ser el desarrollo, un proceso irreversible de transformación sobre transformación. En el propio caso de la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino, por su emplazamiento arqueológico, hay, por supuesto, una tensión entre preservación de una herencia y el pedido de vitalidad continua que requiere la incorporación de la obra del escultor canario, tensión que ha quedado resuelta en una perfecta adecuación de las artes, es decir, arquitectura al encuentro de la escultura y de ésta al encuentro de aquélla, en una perfecta retroalimentación y diálogo.

La preservación integral de toda la textura urbana no debería ser un dogma, sobre todo hablando de edificios con función pública en contraste con el tramado residencial. Salvaguardias estratégicas y completas junto a sustituciones estratégicas, superimposiciones, podrían ser las nuevas maneras de relación entre antigüedad e innovación.

La Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino se encuentra asentada, como es sabido, en el barrio de La Isleta, en el Castillo de La Luz, una fortaleza medieval que se transformó en un centro de arte contemporáneo con características nuevas y estándares internacionales que no estaban presentes hasta el momento. Desde el comienzo, la presencia de la Fundación creó un juego de tensiones en esa zona de la ciudad que con el tiempo se han ido distendiendo gracias a las condiciones museísticas de la Fundación, que posibilitan la llegada de exhibiciones de gran calado histórico -como la muestra Una mirada insular, que se clausura mañana domingo-, nutridas con el patrimonio de colecciones importantes que hasta el momento habían sido prácticamente inexistentes.

Desde lo urbano, y visto en perspectiva, la creación de la Fundación fue tanto insólita como visionaria. La Fundación llegó a la ciudad también con estas ideas de vanguardia, con las herramientas del presente. El nombre de la Fundación sintetiza muchas cosas: es el lugar desde donde encarar al mundo del arte y pensamiento, un territorio universal y, en ocasiones, desconocido. De lo particular a lo universal, de Canarias al Mundo, ese lema que ha inspirado desde el inicio el itinerario artístico del escultor canario Martín Chirino. Y que va también de la antigüedad arqueológica a la actualidad arquitectónica.

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